El Pecado del Alquimista 12 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 7

Albedo

10 de Abril – 19:41

Inazuma – Tenshukaku – Laboratorio alquímico

"¡Ah!... ¡No!... ¡Ah!... ¡No!", gritaba internamente, ante sus meras caricias, excitándome en demasía y teniendo que contener mis reacciones a cada instante. Cuando lamió ligeramente la punta de mi pene, eché la cabeza hacia atrás en un acto reflejo, resistiendo el placer a duras penas.

"No... Esa mirada no... No uses esa mi...", callaba mis gemidos ante su imagen jugando con mi instrumento. Una imagen a la que, pese a las circunstancias, era muy débil.

Era muy débil cuando se trataba de Aria.

-Alquimista 1: ¡sus constantes, mirad! –observaba, impactado, cómo mi excitación se plasmaba en líneas enormes que no paraban de parpadear.

Por mucho que contuviera mis gemidos, era evidente: me estaba acalorando.

-Reus: así que sólo necesitaba a su dueña, ¿eh? –reía, satisfecho con lo que veía.

-Alquimista 2: y su cuerpo parece reconocerla muy –alargó aquel término- bien –convino en las carcajadas, aunque mucho más ligeras que las del general.

Se dieron conciertos de anotaciones.

Y se metió mi pene en la boca.

"¡Aaaaah!", gemí internamente al sentir su boca envolviendo mi pene.

-Albedo: hmpf.... –apretaba mis labios, sufriendo un ardor creciente-. A-Ar...

Bajó su boca hasta el fondo, devorándome por completo.

"Piensa en alqui... Ah... La ceniza de Espi... ¡AH!", su lengua hizo contacto con la zona más íntima de mi piel. Mis pensamientos se bloqueaban, mi respiración se dificultaba.

-Alquimista 3: debería haber llegado al orgasmo hace unos minutos, pero parece como si...

-Alquimista 4: ¿se está resistiendo? –preguntaba, confuso.

-Reus: ¡eso es porque quiere más, lo entiendo! –aportó su valoración "académica"-. Los dragones son como nosotros, ¿eh? –bromeaba.

De nuevo, sonido de lápices arrastrándose por distintos papeles.

-Albedo: pa...para... -supliqué, pese a que mis deseos fueron completamente contrarios en aquel momento.

Llevaba tanto tiempo sin sentirla...

Ya no podía más.

-Albedo: ¡AAH! –me corrí.

Pude ver completa satisfacción en sus maravillosos ojos verdes.

Se tragó mi semen sin dudarlo, lo que empeoró mi calor. Y, después, lo liberó del roce de sus labios para ir a besarme.

Hubiera alcanzado de nuevo el orgasmo con aquel beso.