Xiao
19 de Abril – 23:13
Inazuma – Tenshukaku – Aposentos del Príncipe Heredero
Los días transcurrían y Däriel no salía de sus aposentos. Nadie se atrevía a molestarlo, sobre todo tras amenazar con el hecho de que estaba "buscando otros traidores" en lo onírico. Un dragón era un ser temible, pero el poder de Däriel era espeluznante. No importaba tu fuerza, podía someterte en la mayor de tus vulnerabilidades mientras dormías.
Y Nathaniel tuvo que ser el perfecto sustituto mientras durase su ausencia. Lo tomó como una gran responsabilidad, y lo cierto es que lo era. Si la agenda del heredero me parecía asfixiante, la que debía cumplimentar Däriel como Rey era aún peor.
Además, debía decidir a veces incluso sobre la vida y la muerte de otros, lo cual no era tarea fácil para alguien con alma de sanador. Había una inmensa crueldad entre los dictámenes de Serphiat, así que Nathaniel tuvo que mantener la compostura.
A veces lloraba en el baño cuando me creía dormido. Solía permitírselo porque lo conocía bien y trataría de contenerse si yo estaba presente en un intento de no "molestarme", pero hoy no pude más.
-Xiao: era lo que debías hacer –manifesté, nada más abrir la puerta del baño y encontrarlo con lágrimas en sus ojos verdes en medio del mismo.
Se sobresaltó con mi entrada que no pudo percibir de antemano, y se secó las lágrimas cuanto antes.
-Nathaniel: claro... claro que sí –recuperó la compostura como pudo-. Sólo ha sido un bajón puntual.
-Xiao: ¿puntual? –ironicé y levanté una ceja.
Cambió de actitud de forma radical.
-Nathaniel: mi tío ha estado haciendo todo esto sin quejarse desde el comienzo por nosotros –declaró, invocando la seriedad que debía mantener en público, hecho que me molestó. ¡¿Ni a la noche iba a dejar su rol?!-. Me encargaré de estar también a la altura y de contentar a estos tiburones, sobre todo tras lo sucedido con mi padre y Kairi.
"Ojalá fuera capaz de viajar atrás en el tiempo y evitar esta invasión", deseaba cada día. Sin embargo, ya no se podía hacer nada más que sobrevivir a la nueva realidad y yo... lo único que podía hacer era apoyar a Nathaniel.
Pero no era un hombre que se dejara consolar fácilmente, más ahora que tenía la obligación de ser un "feroz" príncipe.
-Xiao: lo que dije aquel día iba en serio, Nathaniel –expuse, de forma sentida-. Quiero estar a tu lado, y eso incluye cuando lloras.
Cuando le decía frases de aquel estilo, sus nervios se disparaban como si le fuera a dar un ataque al corazón y me apartaba la vista en el acto.
-Nathaniel: emm... bueno... supongo que ahora no tienes otra opción... jaja... -su voz temblaba.
Era como si aún no pudiera creerse del todo que yo estuviese también enamorado de él o que su alegría al respecto era demasiada y trataba de reducirla para no morir.
Aunque también había una tercera posibilidad: cuando le decía aquellas frases, perdía absolutamente toda su ferocidad. Se atontaba de manera descomunal.
-Xiao: vaya vaya... ¿a dónde ha ido el intimidante príncipe dragón? –bromeé, cruzando mis brazos mientras lo miraba... también un tanto atontado.
-Nathaniel: eres... eres... -su temblor se extendió al resto de su cuerpo.
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El Pecado del Alquimista 12 [+18] (Genshin Impact)
FanfictionDuodécima parte de El Pecado del Alquimista. La verdadera batalla se librará en el mundo de los sueños.