El Pecado del Alquimista 12 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 47

Xiao

12 de Abril – 21:14

Inazuma – Tenshukaku – Sala privada

Se lanzaron a por mí como si estuvieran en celo. Con cada uno de sus roces, mantenía rígido el estómago, debido a la sensación de repulsión. Una repulsión que se disparó cuando una de ellas reunió valor para besarme. Cuando sentí sus labios, pegué incluso un pequeño brinco.

"No quiero que me toquen. Ellas no...", mi corazón comenzaba a gritar en mi fuero interno. "Nathaniel...", su mero nombre revolvía mi seno. Era a él a quien quería tener encima, tocándome.

-Mujer 2: estás muy rígido, abre tu boca –pidió, con una risita.

Intenté elevar mi mente, imaginarme en otro lugar y, sobre todo, en otra compañía.

Pero era imposible.

No podía, de verdad no podía.

Y, al final, no aguanté ni unos minutos:

-Xiao: ¡¡fuera!!

***

Nathaniel

12 de Abril – 21:16

Inazuma – Tenshukaku

No sabía por qué, pero estaba preocupado por Xiao. Necesitaba encontrarlo. Por supuesto, estaba en su derecho de hablar con quien quisiera, pero fue más su forma de marcharse la que me estaba inquietando. Aquella mirada... pareció estar pidiéndome que lo siguiera.

Tal vez eran meras imaginaciones mías, nacidas de la fantasía. Y, sin embargo, ahí estaba, buscándolo con cierta ansiedad. ¿Le habría pasado algo?

Había dejado a Aoi con mi tío. Él la protegería mejor que nadie, así que podía caminar por el pasillo de los reservados con tranquilidad. Bueno, "tranquilidad", puesto que los chillidos que a veces escuchaba tras alguna puerta, eran escalofriantes.

Entonces, por el pasillo en el que transitaba, aparecieron tres mujeres que estaban visiblemente molestas. Al cruzarnos, me fue imposible no escuchar su conservación.

-Mujer 1: ¡¿cómo nos ha podido echar así?! –se quejaba, muy indignada-. ¡Qué rabia! ¡Con lo atractivo que era!

-Mujer 2: sí... Ese tatuaje verde me estaba volviendo loca, ¡y nos ha dejado con las ganas!

"Ese tatuaje verde...", no pude evitar pensar en Xiao.

Habían salido de una puerta en concreto, a la cual yo me acerqué para, primero, escuchar desde fuera. Estaba claro para qué servían aquellas habitaciones, así que no quería interrumpir nada. Sólo quería saber si... él estaba bien.