El Pecado del Alquimista 12 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 48

Xiao

12 de Abril – 21:17

Inazuma – Tenshukaku – Sala privada

Prácticamente expulsé del reservado a aquellas mujeres. Fue tan súbita mi reacción que no pudieron ni pronunciar palabra, sólo se marcharon por mis constantes gritos.

No obstante, ni siquiera de aquella forma pude lograr tener un momento a solas.

-Copia de Nathaniel: eres un soberano inútil –dictaminó, mordaz como le gustaba ser-. ¿Así cómo vas a conseguir que te marque? –suspiró, decepcionado.

-Xiao: encontraré otra forma, pero no podía hacerlo de esta manera –traté de excusarme y de asegurar que seguía interesado en el trato.

Temía que mi "cobardía" tuviera consecuencias para Nathaniel.

-Copia de Nathaniel: ¿estás seguro de que quieres que te marque? –caminaba por la habitación, observando la exótica decoración. Ni quería mirarme a la cara. Yo, en cambio, seguía sentado en medio de la cama-. No llevas nada hasta el final. Absolutamente nada.

No tenía atisbo de duda:

-Xiao: muy seguro.

-Copia de Nathaniel: ¿para qué lo querrías? ¿Para quedarte en una esquina autocompadeciéndote como acostumbras? –ironizó, con tono ligeramente enfadado, y entonces me clavó sus ojos rojos de nuevo.

Eran escalofriantes, pero no me acobardaron.

-Xiao: para pasar el resto de mi vida con él –quería dejarle claro.

Se acercó a la cama y apoyó su hombro en uno de los postes del dosel.

-Copia de Nathaniel: ¿eres consciente de que yo voy a estar siempre presente, no? Soy parte de él también –también quiso dejar claro, con una sonrisa maliciosa.

-Xiao: entonces lucharé contra ti toda mi vida, porque yo también pienso estar siempre presente –dictaminé, manteniéndole aquella intensa mirada que parecía estar usando en un intento de intimidarme. No lo consiguió-. Yo amo a Nathaniel, lo amo perdidamente y no voy a permitir que ni tú ni nadie me separe de él, ¡¿lo entiendes?! –me determiné.

Su malicia pareció agudizarse.

-Copia de Nathaniel: ¿qué has dicho? –pareció querer provocarme.

-Xiao: ¡¡que lo amo!! –grité, para dejárselo aún más claro si hacía falta-. ¿Y sabes qué? ¡Nunca vas a poder doblegarlo! ¡Está muy por encima de ti! No importa cuánto lo intentes, él en sí mismo es mucho más extraordinario que un dragón. Él es... absolutamente perfecto –estaba enloqueciendo, no podía parar de hablar-. Lo que me ha hecho sentir, pensé que no existía. Nunca he sido tan feliz, nunca he estado tan en paz... Y, si tú estás incluido en el paquete, lo aceptaré, porque no quiero estar en ningún otro lugar que no sea a su lado.

Entonces, la puerta se abrió abruptamente, incluso golpeándose con la pared por la intensidad con la que la abrieron.

-Copia de Nathaniel: je... ahora sólo te queda sobrevivir a la marca de un dragón –fue lo último que pronunció, antes de desaparecer.

Y, ante mí, sólo quedó ahora un Nathaniel, que pese a no ser la copia, me provocó el mismo pavor. Sus cuernos presentes eran lo de menos. Aquella expresión...

-Xiao: ¿Nat-Nathaniel? –temblé.