Capítulo 67

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Scaramouche

14 de Abril – 15:11

Inazuma – Tenshukaku

Con un poderoso rayo, logré cegarlos por unos segundos. Sé que no hirió lo más mínimo a los gladiadores, pero funcionó para ejecutar mi improvisado plan. Un plan que requería... superar mi vergonzoso miedo en un abrir y cerrar de ojos. No, la idea no era enfrentarme a ellos. Eso hubiera sido un suicidio estúpido que no hubiera ayudado en nada a Kairi. Lo que verdaderamente o, más bien, quien verdaderamente podía ayudarla era el dueño de mis pesadillas.

No obstante, por ella ni lo pensé. Incluso sabiendo cuál debía ser mi meta, huí por aquel pasillo en dirección a lo que más temí por demasiado tiempo.

Corrí, corrí a la velocidad del rayo. Todo lo que pude y más.

-Scaramouche: ¡tú! ¡Asqueroso dragón! –grité, nada más identificarlo en la zona de palacio donde sabía que solían mantenerlo.

Casi al instante, varios soldados de los alrededores me redujeron antes de que consiguiera acercarme a él.

El general que cegué debía estar ya pisando los talones al gusano a donde fuese que hubiese huido con Kairi, así que debía darme prisa si quería que aquello funcionara.

-Scaramouche: ¡tienes que...! –un pisotón sobre mi cabeza, que hizo chocar mi cara contra el suelo, me silencio.

-Gladiador 1: ¡¿cómo osas dirigirte de esa forma a nuestro Príncipe?! –inquirió, enfadado.

-Gladiador 2: ¡¿se te ha subido a la cabeza ser nuestro asesor?! ¡Ni tu cargo te protegerá si ofendes a Su Alteza!

Desde el maldito suelo, mientras el pelirrubio me observaba confuso, yo le lancé una mirada de pánico.

-Nathaniel: ¡soltadlo un momento! Quiero escuchar qué tiene que decir –expuso, serio.

-Ghör: parece enloquecido, no creo que tenga algo importante que...

-Nathaniel: ¡¡he dicho que quiero escucharlo!! –gritó, enfurecido, y todos los presentes quedaron paralizados.

No debía ser el único que lo temiera.

***

Albedo

14 de Abril – 15:11

Inazuma – Tenshukaku – Aposentos del Dragón

Pese a estar encerrados y obligados a ir a ese laboratorio de vez en cuando, ambos intentábamos realizar una vida lo más normal posible: nuestra vida juntos. Tenía un gran vacío en mi corazón por aquellos a los que no podía ver, pero confiaba en Däriel. Sabía que los protegería hasta las últimas consecuencias, como ya demostró en su día dando incluso su vida por nuestros hijos. Aquello aliviaba mi alma, así como la compañía ahora constante del amor de mi vida.

Si pudiéramos ver al menos a Kairi y a Nathaniel, aquello estaría cerca del paraíso.

-Aria: voy a ir preparando la bañera –anunció, tras darme un beso en la frente mientras yo leía un libro que ella pidió en su nombre para, en realidad, regalármelo a mí. Al fin y al cabo, en teoría, estando yo controlado, no debería necesitar leer-. Ven en unos minutos, ¿vale? –sonrió, y yo sonreí naturalmente.

-Albedo: vale –expresé, tomándola del brazo un momento para darle yo también un beso en la mejilla.

Realizó una melódica carcajada y se marchó al baño.

"A diario pienso que no puedo verte más hermosa, hasta que te vuelvo a contemplar", pensé, un tanto atontado y cerré el libro.

Caminé hasta la estantería, donde dejé el libro.

No obstante, antes de dirigirme también al baño, advertí algo extraño por la ventana.

-Albedo: ¿ese no es...?

El Pecado del Alquimista 12 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora