Nathaniel
En lo hondo onírico
Después de realizar el hechizo, fui transportado a otro lugar tenebroso. No obstante, había algo distinto: había voces por todas partes, así como siluetas que caminaban de un lado a otro, sobre todo alrededor de una Kairi apresada.
-"Nathaniel 1": nunca te he querido... nunca te he querido... -repetía una sombra que tenía mi figura. Su tono de voz era escalofriante-. ¡Ni te querré!
-"Nathaniel 2": estuve esperando pacientemente para devolver a nuestra madre donde pertenecía –decía otra sombra-. Tu padre y tú sois lamentables. ¡Y muy fáciles de manipular!
-"Nathaniel 3": ¡NADA VOLVERÁ A SER COMO ANTES! –aquella frase hizo eco entre las infinitas tinieblas.
Era un tormento continuo.
-Nathaniel: ... ¿así es como me ves ahora? –musité.
Incluso teniendo Kairi los ojos cerrados, podía percibir en ella su enorme miedo a que aquellas voces fueran reales.
***
Nathaniel
En lo hondo onírico
Yo también tenía mucho miedo. Miedo a perderla, a vivir en un mundo sin ella, a que jamás pudiera recuperar su hermosa sonrisa. Me temblaba el alma de tan solo pensar que pudiera quedarse para siempre allí, lejos de todos y todo. Pero sobre todo temí que las palabras de afecto no sirvieran, que sólo la hundieran más en la miseria por considerarlas falsas.
En aquella oscuridad, sólo pude pensar en una estrategia para traerla de vuelta que fuera a ser altamente efectiva. Las demás la ponían en riesgo a ella, así que... no lo dudé.
Debía usar sus miedos, en los que había creído ciegamente, en mi beneficio.
-Nathaniel: sí, es verdad –comenzó quizá la más importante y mayor actuación de mi vida-. Nunca te he querido –realicé una sonrisa soberbia-. ¡Sólo te utilicé como el juguete que eres y que todos sois!
Pude percibir que algo en ella había reaccionado: un leve temblor recorrió su cuerpo. Era una buena señal, debía continuar y fingir que no escuchaba los gritos de mi corazón.
-Nathaniel: ¡ahora este mundo será mío! –reí, victorioso, como lo haría mi yo dragón-. ¡Pisotearé cada una de vuestras cabezas! Porque... ¿Quién me lo iba a impedir, eh? Xiao está a mis pies, ¡y tú ahora estás apresada! –extendí mi sonrisa, clavándole la mirada. Su temblor aumentó.
Sentía que me faltaba el aire, pero debía seguir. ¡Sus cadenas estaban flaqueando! Sabía... Sabía que funcionaría.
-Nathaniel: ¡mientras tú estás aquí, al fin desmembraré al miserable de tu padre! –La mención de Xiao le afectaba y hacía que sus cadenas se removieran, pero más le afectaba lo siguiente-. ¿De verdad te creíste eso de ser hermanos? No eras más que una molestia que debía soportar –aquello realmente la hacía agonizar.... Igual que a mí.
Dos de sus cadenas se rompieron. Mi esperanza se disparó, así como mis palabras. Era incapaz de que se me ocurrieran más cosas, así que simplemente dije lo contrario a lo que sentía:
-Nathaniel: ¡te odio! ¡Siempre te he odiado, Kairi! –grité, con el alma desgarrada, pero forzando aquella maldita sonrisa-. ¡Eres lo peor que me ha pasado en la vida! –me preparé para elevar aún más la voz-. ¡NUNCA QUISE NI QUERRÉ ESTAR CONTIGO!
Más cadenas cayeron.
-Nathaniel: ¡vamos! ¡Intenta apresarme de una vez o acabaré con todo Teyvat! –chillé, cerrando los ojos.
Y... finalmente se liberó ante mis ojos.
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El Pecado del Alquimista 12 [+18] (Genshin Impact)
FanfictionDuodécima parte de El Pecado del Alquimista. La verdadera batalla se librará en el mundo de los sueños.