Una mañana inolvidable.

403 30 1
                                    

La famosa hora del encuentro se acercó y Ana no terminaba de entender esa emoción porque pasase el tiempo más rápido, sabía que acababa de verle, pero aun así siempre le fascinaba la idea pasar momentos con ella. Salió del hotel unos diez minutos antes de la hora estipulada, caminó hasta el lugar en donde habían acordado unas horas antes, cada paso lo sentía un poco más apresurado, pero se sintió aliviada apenas cruzó la puerta del lugar y logró verla casi de inmediato cuando la actriz sacudió su mano al aire, sonrió y avanzó hacia ella, sus nervios se disiparon cuando los brazos de la mujer de ojos verdes la recibieron con un abrazo como saludo, se sentaron una enfrente de la otra en aquella mesa para cuatro personas luego de aquel saludo breve.

—¿Estuviste muy ocupada? — preguntó Vero casi de inmediato.

—¿Ocupada?

Ana olvidó la pequeña mentira que había dicho esa mañana, miró a Vero con confusión por un momento, al igual que ella, para su suerte un chico se acercó para tomar sus órdenes, por lo que tuvo unos cuantos momentos para pensar qué decir, una vez que el chico apuntó sus órdenes nuevamente quedaron solas.

—¿Entonces no estuviste ocupada? — insistió.

—Si. — contestó rápidamente esta vez. —Bertha quiere que le informe como va todo, y yo también quiero saber, la verdad.

—Oh, ¿entonces si estás trabajando en tu disco? — preguntó al recordar que la cantante se lo había negado en la plática de esa mañana.

—Algo así. — se alzó de hombros. —Más bien Bertha. — dijo entre risas.

—¿Bertha?

—Ah, sí, es mi representante. — explicó. —Se supone que yo me tomé un descanso ahorita y no tengo que enfocarme en el trabajo, pero pues no puedo. — nuevamente rio.

—Pues hazle caso a tu representante mi Anilla, que su descanso se lo merece.

La cantante solo pudo sonreír y asentir ya que sus pensamientos se dirigieron a aquella forma que tiene Verónica de llamarla, luego de aquello la plática fue cambiada por Ana quien le preguntó por cómo estaba su familia logrando que se extendiera sobre anécdotas con su mamá, terminó mencionando incluso a sus hermanos, buena parte de su charla de aquella tarde se basó en la familia, sobre todo después de que Ana mencionase la cantidad de hermanos que tiene. Aquella tarde fue sumamente reconfortante para la cantante, de hecho, logró sacar cualquier pensamiento relacionado con su trabajo de su mente, y eso era un gran avance ya que no lo había logrado aún en los días que llevaba ya ahí.

La comida estuvo llena de risas y anécdotas que ambas contaban, aun le parecía increíble como los temas de conversación con la actriz no parecían acabarse nunca y sentía que entre más la escuchara sus ganas de saber de ella aumentaban, sus ganas de tenerla un poco más cerca aumentaban, tristemente esto hacía que el tiempo junto a ella sintiera que pasaba más rápido de lo normal y cuando menos lo esperaba la mujer tenía que irse.

—Ojalá pudiera quedarme más.

Se disculpaba una vez más la actriz mientras caminaban sobre la acera de la avenida principal, ya solo faltaban algunos metros para que tuvieran que separarse ya que el hotel estaba en dirección opuesta al rumbo al que Verónica se dirigía, lo sabía ya que se lo hizo saber apenas habían salido del restaurante.

—No te preocupes, seguro tus hijos te extrañan. — le aseguró con una sonrisa en su rostro.

—Podríamos vernos mañana. — soltó la de ojos verdes justo cuando llegaron a una esquina. —Temprano, digo, si no estas ocupada.

Ana sonrió y asintió.

—Justo eso iba a proponerle.

Aquello hizo sonreír a la actriz.

Como la luna y el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora