"Bonita"

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Repentinamente, aunque bien después de algunos segundos solo mirándose sin decir nada, ambas parecieron reaccionar y la distancia se agrandó poco a poco. La cantante esperaba que el momento se sintiese incómodo, pero, por el contrario, la tensión no las abandonó cuando comenzaron a beber lo último de su vino para evitar hablar.

Ni siquiera cuando el teléfono comenzó a sonar se cortó aquel ambiente, de hecho, Ana contestó con la mirada puesta en la actriz, pero poco después ambas la apartaron.

—¿Diga?

—¿Ana? — la voz de una mujer se escuchó al otro lado, pero Ana no la reconoció para nada.

—¿Qué se le ofrece? — contestó ya un poco más seria.

—Es Socorro Castro, soy la madre de Verónica, hace unas horas llamó y dijo que estaría contigo.

—Ah sí, claro señora Castro, aquí está. — dijo rápidamente y completamente sonrojada, aunque no supo si era el alcohol o aquel momento. —Ya se la paso.

La actriz pareció entender y tomó el teléfono de inmediato, Ana decidió ir a la cocina para darle un poco más de privacidad, aunque se mareo apenas y se levantó, por lo que rápidamente Vero le hizo una señal para hacerle saber que estaba bien y que no tenía por qué irse a la vez que colocó una mano sobre su hombro para mantenerla ahí. Sólo intercambiaron posiciones en el sofá ya que era más cómodo tomar el teléfono desde el lugar de la cantante.

—¿Mami? — dijo al teléfono. —¿Pasó algo?

Claramente Ana no podía escuchar nada de lo que la madre de la actriz decía, así que solo se limitó a escuchar las palabras al aire que la de ojos verdes decía junto con el fonde de alguna canción de The Cure sonaba en el tocadiscos.

—¿Qué?

Aquella simple palabra la hizo voltear con preocupación, aunque se tranquilizó cuando vio que la mujer le dedico una sonrisa.

—Mamá, dejalo que llame... — señaló con cansancio y viro los ojos. —Si, si, ¿y qué tiene? No va a pasarle nada por llamar y no tener respuesta.

Suspiró luego de escuchar otras palabras de su madre.

—No, mamá, no pienso hablar con él, no puedo estar atenta hasta que él se digne querer... — al parecer la mujer al otro lado de la línea la interrumpió ya que nuevamente viro los ojos. —Bien, está bien, voy para allá, te veo en un rato, adiós.

Pasaron unos segundos más antes de que la actriz colgara el teléfono y suspirara luego de aquel acto.

—Tengo que irme. — dijo con pesar. —Lo siento, surgió un problema con Enrique.

—P-Pero no puedes conducir así. — rápidamente reacciono la cantautora con preocupación.

—Si...

Nuevamente suspiró al caer en cuenta de aquello.

—Te llamaré a un taxi, lo conozco. — expresó Ana al recordar a su amigo que solía llevarla a aquellos lugares a los que simplemente no quería manejar.

—Te lo agradecería mucho, Ana. — dijo con una sonrisa en su rostro.

La mencionada simplemente le sonrió de vuelta y juntó toda su sobriedad que le quedaba para levantarse del sofá sin caer en el intento, después de levantarse se dirigió a la cocina, no sin antes mencionarle que le prepararía un té para que se le bajase un poco el alcohol.

Pasó un rato en el que Ana prefirió evitar a toda costa mencionar algo de "Enrique" o nada parecido, por lo que hablaron tranquilamente de los planes que tenía para la siguiente semana mientras que la actriz le aseguró que podrían verse más seguido ahora que tuviese algo de tiempo libre. Una vez que ambas terminaron su té el taxi ya estaba esperando fuera, por lo que ambas salieron del apartamento.

Como la luna y el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora