Honestidad.

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Ana despertó en un lugar que no era su casa, apenas abrió los ojos frunció el ceño, confundida por lo que la rodeaba, entonces recordó. Verónica.

Se sentó en el sofá que usó como cama y suspiró, ¿dónde estaba Alberto? Cuando volteó hacia la mesa del centro de la sala se encontró con una pequeña nota.

"Tuve que irme, Cristian llamó diciendo que Vero volverá como a medio día, aquí estaré para entonces"

Y terminaba firmado por su mejor amigo, también ahí mismo estaban las llaves de su auto. No pudo evitar sonreír apenas leyó la hora de vuelta de la actriz, pero entonces le hizo preguntarse qué hora era.

—Buenos días señorita.

La voz de la mujer que trabaja en la casa la asustó un poco, pero le dedicó una sonrisa al verla

—Buenos días Regina. — saludó de vuelta. —¿Sabes qué hora es?

La mujer asintió.

—Son casi las ocho de la mañana. — señaló el reloj sobre la pared. —¿Gusta algo para desayunar? ¿O necesita algo?

Sólo durmió un par de horas, pensó.

—No, estoy bien, muchas gracias. — le aseguró. —Volveré en un rato.

Mencionó Ana mientras se levantaba del sofá y tomaba las llaves junto con la pequeña nota, la mujer asintió y la cantante le sonrió una ultima vez antes de tomar su bolso también y salir.

Aun sentía el shock del día anterior cuando se enteró, mientras conducía hacia su apartamento mantenía una sensación como si todo lo ocurrido hubiese sido un sueño, pero en aquel momento no pensaba en otra cosa que no fuese el hecho de que estuvo a punto de no volver a ver a Verónica, por más molesta que estaba, en ese momento sintió temor, pavor al imaginarse aquello, sus sentimientos hacia ella lograban doblegarla.

Pasó un rato entre el tiempo que llegó a su apartamento, tomó una ducha e hizo algunas llamadas para asegurarse de que Bertha no intentase localizarla por lo menos ese día, una vez que estuvo lista para salir nuevamente, se dirigió a la primera florería que encontró, luego de comprar un bonito arreglo continuó su camino.

Cuando finalmente llegó de vuelta a la casa de la actriz se encontró ya con más de un auto estacionado fuera, tomó aire y bajó junto con el arreglo entre sus manos, sabía que dentro estaría familia de Verónica seguramente. Lo confirmó al entrar a la casa luego de que Regina le abriese la puerta, para su suerte solo eran personas que ya conocía de aquella comida por el cumpleaños de Cristian, por lo que ellos la saludaron y agradecieron que estuviese ahí, poco después también llegó Alberto, para su sorpresa llegó junto a Rocío y flores, de hecho, había demasiadas flores en la casa ahora que lo notaba.

—Anita, hola. — saludó la pelirroja apenas llegaron junto a ella junto con un beso en cada mejilla como usual.

—¿Ya está Vero aquí? — preguntó su amigo luego de darle un beso también.

Ana negó.

—No sabía lo que había pasado. — mencionó Rocío. —Alberto y yo teníamos pendientes en la mañana y me lo contó. — hablaba con clara preocupación.

—Si, él estaba conmigo cuando me llamaron. — explicó.

En ese momento vio a la madre de Verónica acercarse a ella.

—Qué bueno que estas aquí. — dijo apenas estuvo junto a ella. —Gracias a ustedes también. — habló para los otros dos.

Ana la miro confundida.

—Creí que usted estaba con Verónica en el hospital.

—Volví hace un rato. — le explicó. —Cristian la traerá, no debe tardar.

Como la luna y el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora