Rumores.

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Perdió la cuenta de las horas que había pasado ya en casa de Yolanda, una vez que comenzó a hablar no pudo parar, mucho menos cuando la conductora se mostró totalmente comprensible con la situación, pero en algún momento no pudo controlarse y terminó por llorar en el hombro de su amiga quien intentaba calmarla.

En fin, la noche las alcanzó y Yolanda le negó rotundamente el que se fuese en el estado tan alterado en que estaba.

—Entiendo lo que sientes, pero no está siendo sano, ¿no crees?

Finalmente, la conductora se atrevió a dar su opinión del tema, ahora que la veía más tranquila.

—Solo sé que ella ha cambiado. — mencionó.

—Tal vez quiere que realmente te alejes.

Verónica la miró extrañada, sin entender a qué se refería.

—Tu misma dices que ha cambiado, que te rechaza constantemente, creo que es obvio a lo que quiero llegar. — explicó.

—¿Qué ya no siente nada por mí?

Yolanda asintió a pesar de la expresión triste de la actriz.

—Lo pensé. — aseguró. —Creí confirmarlo ayer en su casa, cuando me dijo que ahora vive con...con esa mujer, pero...

—¿Pero? — interrumpió. —¿En serio tienes un "pero" a eso? Verónica eso lo confirma.

—¿Tú crees?

—Mira, no puedo decirte que hacer, pero no me parece que sea lo correcto que sigas detrás de ella. — se sinceró mirándola a los ojos.

La otra solo desvió la mirada hacia el suelo, sabe que es una realidad que ha estado evitando, pero si le había costado tanto llegar hasta ahí, ¿ahora no valía de nada?

—Pero sería darme por vencida.

—¿Con qué exactamente? Si Ana no siente lo mismo, no tiene sentido.

Y entonces sus ganas de llorar volvieron.

—Creo que no quieres escucharlo, pero si Ana tiene una relación con esa mujer, no puedes hacer nada al respecto Vero. — se lo dijo cuidando sus palabras, incluso hablándole bajito mientras acariciaba su mejilla.

Una lágrima deslizándose por la misma mejilla fue la señal para que la conductora la abrazara como consuelo de las palabras tan ciertas que acababa de decirle.

Pero Verónica no lloró, de alguna forma ya no podía, de alguna forma su mente lo entendió de golpe, entendió que arruinó todo, que ya no había vuelta atrás, no como se había estado mintiendo hasta ahora.

Simplemente no podía hacer nada.

Y es algo que necesitaba escuchar, finalmente abrió sus ojos y desparecieron todas las mentiras que se dijo para nublar su vista, entonces pensó en Ana, ¿por qué entonces había aceptado su beso esa misma tarde?

Su mente la recriminó apenas cruzó por su mente el nombre de la cantante, al parecer ya no toleraría continuar con esa especie de mundo imaginario que se creó pensando que ambas serian felices juntas, al final su mayor miedo se cumplió y ella ni siquiera se dio cuenta.

Los siguientes días y semanas fueron un cambio radical para ambas, Verónica comenzó a pasar la mayor parte de su tiempo junto a Yolanda, salían a divertirse, cenar, conversar, cualquier cosa que incluyera a ambas era un plan perfecto. Incluso la actriz acudía a los estudios simplemente para pasar tiempo juntas, era la mejor compañía de la mujer en su oficina mientras trabajaba y Verónica adoraba ese nuevo estilo de vida, al estar junto a Yolanda eran cosas totalmente nuevas, se movían juntas de un lado al otro por toda la televisora, reían y había convivido con gente que en su vida había visto, era simplemente reconfortante tener tanta distracción y distractores visuales para no pensar en cosas que no quería.

Como la luna y el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora