Finalmente, al día siguiente cuando finalmente despertó, casi a las once de la mañana y culpando internamente a la hora de diferencia que había entre los estados, recordó que había prometido a su representante asistir al estudio, aunque pensó seriamente en llamarle para cancelar, se sentía muy cansada y estaba segura que en cualquier momento del día Daniela aparecía con un nuevo problema sobre su conjunto de la noche. Aunque ignoró sus pensamientos y decidió tomar una larga ducha relajante, ya una vez afuera pensaría qué hacer.
Luego de salir y casi sin darse cuenta se cambió con ropa cómoda dispuesta a ir al estudio, sonrió al darse cuenta de aquel gesto tan sutil, se había pasado muchos años de su vida saliendo todos los días muy temprano en busca de lograr realizar su sueño, de salir adelante, o tan solo lograr sacar una sola canción, con eso tenía suficiente para que pudiese volver a sus padres sin darles una decepción de por medio, y a estas alturas parecía que todo marcha de maravilla, tenía muchas esperanzas puestas en su último álbum y aún más en el siguiente, que sabía tenía que comenzar a trabajar lo más pronto posible.
Se detuvo de último momento junto al teléfono fijo que estaba en su apartamento, sentía como si algo se le olvidara, y entonces algo se encendió en su cabeza, ¡claro! Es el cumpleaños de su mejor amigo y acababa de olvidarlo, rio ante su mente tan distraída y tomo el dichoso teléfono para después marcar al número de su casa.
—Casa del señor Alberto. — respondió una voz conocida al otro lado una vez que el teléfono dejó de timbrar.
—Buenas tardes Patty, soy Ana. — habló para que la mujer al otro lado la reconociera.
—¡Señorita Ana! Buenas tardes. — se escuchó una vez más aquella voz, pero ahora con un toque maternal en ella.
—Disculpa molestar, ¿está Alberto por ahí? — preguntó temiendo que ya hubiese salido.
—Justo lo alcanza, estaba por salir. — explicó la mujer y después se escuchó pasos de fondo. —Espéreme.
Hubo un silencio ligero debido a que aún se lograba escuchar algo de fondo, le pareció escuchar un "gracias" y después más pasos.
—¡Anita! — ahora fue la voz de su amigo la que ocupó la línea y esto la hizo sonreír.
—¡Alberto! Pero feliz cumpleaños hombre, otro año más mi amigo. — dijo apenas él terminó de hablar.
—Ay, muchas gracias mi Lupita, pero mejor no hablemos de años ahorita que parece que es uno menos. — bromeó con una sonrisa en su rostro, aunque claro, Ana no lo sabía.
—No digas eso mi Alberto, que a usted le quedan muchos años. — sonrió. —Pero bueno, a ver, cuénteme como va hasta ahora su día.
—Pendientes y más pendientes Ana, lo de todos los días. — suspiró al finalizar.
Sabía que podía llegar a ser estresante, pero ella siempre intentaba alejar todas esas energías de su gente cercana, no le gusta para nada ver a sus seres queridos decaídos.
—No señor, hoy no puede ser así, usted necesita tomarse todo el día para usted que si no en la noche nos va a dejar con la fiesta a la mitad. — señaló la cantante.
A los pocos segundos escuchó la risa de su amigo por la línea y sonrió, por lo menos le había sacado una risa ya.
—Lo intentaré muchacha, te lo prometo. — aseguró el hombre luego de unos momentos de risa.
—Nada de promesas, hazme caso o voy ahí y le digo a Patricia que se asegure de eso. — advirtió.
—Bueno, bueno, ya veré que hago para dejar todo de lado. — se dio por vencido. —Pero entonces te espero en la noche, no vayas a salir con que se te atravesó el tren. — bromeó y ahora ella rio.
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Como la luna y el sol
Fanfiction"Una vez unos ojos marrones conocieron a unos ojos verdes y cayeron enamorados casi al instante. Un amor tan puro que su único error fue existir en una época en la que su amor no podía brillar con la intensidad que se deseaba." . Es mi primera histo...