Como la luna y el sol

Dejar de huir.

En realidad, podemos comenzar por decir que Verónica tenía razón, por una parte, esa fue la última vez que la vio ese año, incluso el siguiente se pasó meses sin verla, la actriz había tenido una mala racha durante un tiempo con su telenovela, mientras que Ana trabajaba casi sin parar.

Solamente se habían visto un día en el que Ana invitó a algunos de sus amigos para que escuchasen el álbum de "Luna" junto a ella, estaba muy emocionada ya que justo en el disco estaba una canción llamada así, que era la que Alberto escribió, todo en base a aquella plática que habían tenido un día, aunque cuando se la entregó le reclamó un poco por haberse olvidado del tema y tener que escribirla él solo, pero estaba feliz cuando Ana le aseguró que ese sería el single principal y la temática del álbum giraría entorno a esa.

En fin, no sabía ni como había terminado invitando a Verónica, fue un gran acto de valentía tomando en cuenta que por lo menos más de un par de canciones eran fácilmente dirigidas a ella, pero después cayó en cuenta que había sido un sabotaje involuntario ya que tenía realmente muchas ganas de verla. Quisiera decir que la noche estuvo maravillosa por completo, pero no fue así, por lo menos no totalmente, claro que sus invitados habían amado el disco, la llenaron de cumplidos en todo su esplendor, incluso la actriz, pero no fue tan grato cuando en algún punto Verónica la acompañó a la cocina, ahí mismo había intentado besarla, intentado porque Ana se alejó rechazándola no tan sutilmente, sintió el dolor de su alma luego de ver su mirada, pero ahora si estaba decidida a tomar distancia, y había pasado suficiente con ella, ya le había perdonado suficiente y, mientras no tuviese otro accidente cercano a la muerte como el anterior, no estaba dispuesta a doblegarse, ya no, la vio apenada y fue de las primeras personas en irse, al parecer entendió el mensaje.

No resintió la ausencia de la actriz mientras estaba en México, pero repentinamente se enteró, al año siguiente, que se fue a Argentina, Cristian había sido el encargado de explicarle cuando la llamó a su casa y fue el joven quien contestó, después le pidió que no le dijera nada sobre la llamada asegurándole que ella misma se encargaría de hacerlo, así fue como todo otro año habían pasado sin verse. Aunque si había crecido en lo personal, durante ese año se encargó de pasar mucho más tiempo con Diana Alejandra, la niña había comenzado a llamarla "mamá" y aquello simplemente le derritió el corazón, por lo que ya estando segura de que estaba completamente recuperada, luego aquella depresión sufrida después de la mala noticia sobre su ultimo intento de embarazo, le propuso a la madre de la pequeña el poder adoptarla, luego de una plática con el papá también, ambos accedieron, uno de sus más grandes sueños iba a cumplirse y eso la tenía por las nubes.

1995

Hace unas semanas Ana recién regresó de Chile, se había presentado, una vez más, en el tan importante festival, estaba de vuelta en México para continuar con las grabaciones de su próximo disco, por suerte finalmente su estadía seria mas larga de lo usual, necesitaba terminar su trabajo y eso la tenía algo presionada, además de que nunca le molestaba quedarse ahí, adoraba volver, no solo por ser su tierra, sino porque justo en esos momentos era cuando podía pasar tiempo con Diana Alejandra.

Justo como en ese momento, estaba en su apartamento, que ahora ya tenía muchas menos cosas que antes, resulta que se está mudando, pero su mudanza ha sido bastante lenta gracias a sus grandes ausencias, pero con suerte y tendría todo listo para cuando su nuevo disco saliera, pero a pesar de esto también siente que le tiene un gran cariño a su actual casa, a final de cuentas había vivido tantas cosas ahí, fue el primer apartamento que pudo comenzar a rentar por su cuenta, era la viva impresión de cuando su carrera realmente despegó.

Jugaba con Diana Alejandra cuando el teléfono comenzó a sonar, estaba cuidándola mientras Diana Verónica hacia algunos pendientes fuera, dejó a la niña con el televisor encendido para dirigirse al aparato que no dejaba de sonar, aunque se extrañó al ver que no era su teléfono fijo el que sonaba, sino el nuevo teléfono que había recibido como regalo, era uno que podía llevar a donde quisiera, la verdad era bastante útil, pero no eran muchos los que tenían ese número, aun así, contestó.