Amuleto de la suerte.

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Abrió la puerta del lugar y una campanilla se escuchó en el lugar, pasó sus ojos por el lugar unos segundos antes de ver a la actriz sentada en una mesa que se encontraba junto a una ventana, parecía perdida en sus pensamientos viendo hacia afuera, una sonrisa se instaló en el rostro de la recién llegada y finalmente avanzó hacia ella.

—Señora Castro. — dijo Ana apenas estuvo junto a ella para llamar su atención.

Aquello la hizo voltear al instante, fue recibida con una sonrisa y la actriz se levantó de su asiento.

—¡Hola, Ana! — saludó con entusiasmo como siempre y la abrazó.

Ana correspondió a dicho abrazo, poco después se separaron y se sentaron una frente a la otra.

—¿Cómo has estado? — preguntó Verónica rápidamente.

—Bien, ocupada, como siempre. — le aseguró con una sonrisa. —¿Y usted como ha estado? ¿Cómo están sus niños?

Luego de aquella ultima pregunta la cantante fue capaz de ver aquella enorme sonrisa que aparecía en el rostro de la actriz al recordar a sus hijos.

—Estamos todos bien, Ana, muchas gracias, Cristian ha preguntado por ti. — confesó con una sonrisa.

—Lo saludas de mi parte, igual a Michelle. — dijo con una sonrisa. —Y te pedí que nos viéramos porque mañana me voy a Portugal.

La actriz reaccionó con sorpresa.

—¿Tan pronto? — preguntó aún confundida.

—Si, bueno, es que tenemos que estar allá mucho antes de la fecha y me gustaría visitar un poco. — explicó.

—Entiendo.

En aquel momento una chica se acercó a tomar sus órdenes y después se alejó.

—Entonces supongo que se acabaron las llamas y eso por un rato. — dijo con cierto tono de tristeza en su voz.

Ana asintió.

—Regresaré antes del treinta de este mes. — le aseguró con una sonrisa, ciertamente le dolió un poco escuchar aquel tono en ella.

Sus bebidas llegaron y le agradecieron a la chica quien les sonrió.

—Por cierto, tengo que felicitarte. — dijo para cambiar de tema repentinamente.

—¿Felicitarme? — preguntó con confusión luego de tomarle un trago a su té.

—Si, ya escuché tu sencillo. — soltó con emoción. —Es una canción hermosa, Ana.

Aquello la hizo sonrojar, olvidó por un momento la famosa inspiración de dicha canción y ahora repentinamente lo tenía en su cabeza.

—¿Le gustó? — volvió a preguntar, sólo que ahora con cierto temor en su voz, cosa que esperaba que Verónica no lo notara.

—¡Me encantó! — le aseguró con entusiasmo que hizo reír un poco a la cantante. —Realmente es maravillosa, aunque no creas que no me enteré que Daniela la escuchó antes de todos. — dijo cruzándose de brazos.

Esto hizo que Ana nuevamente se sonrojara, aunque internamente se hizo un recordatorio de reprochar a Daniela por contarle aquello.

—No es que me moleste. — le aseguró luego de ver que Ana no respondía. —Pero me habías prometido que...

—Iba a invitarla a escuchar el disco completo. — interrumpió la cantante y le sonrió. —No creí que una sola canción fuese importante. — se alzó de hombros.

—Todo es importante. — aseguró y le sonrió de vuelta. —Y claro que te acepto la invitación.

—Yo misma la llamaré en su momento señora Castro.

Como la luna y el solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora