Gabriel
Meli se veía tan débil, tan triste y desesperada por algo que estoy seguro que no era por la misma muerte. Me acerque a ella y la abrace, acune su rostro en la curva de mi cuello y sentí como unas gotas caían a mi hombro y sus sollozos no tardaron en llegar.
La sostuve de la cintura y la cargue, me senté en la cama y la acomode encima de mi. Ella se alejó de mi cuello y su rostro estaba rojo, sus ojos hinchados y eso que no ha pasado tanto tiempo llorando.
- Gab... Ya estoy harta de todas las mentiras... Ya no quiero seguir sabiendo que mi vida es una mentira, te go miedo de que me vuelvan a mentir -agacho la cabeza
- no te van a volver a mentir porque ya te diremos toda la verdad... Meli si quieres saber algo solo preguntalo y te lo diremos, sin mentiras
- ¿Y como estaré segura de qu no mienten? Pueden mentirme en la cara y yo no voy a estar segura si es la verdad... No quiero desconfiar pero ya estoy desconfiando hasta de mi propio pasado...
Me deje caer en la cama y vi como los senos desnudos de Meli rebotaron, desvíe mis ojos de ahí y me centre en su cara, no era momento para esto, ella está mal y yo no puedo pensar solo en querer follarmela.
Ella necesita de mi apoyo y lo tendrá, no va a ver manera para que ella esté sola mientras yo viva.
- todas las personas pueden tener un tic al momento de mentir, hay personas que cuando mienten juegan con sus dedos, otras que se muerden los labios en cada oración o que juegan con el cabello, tú debes de saber fijarte en los movimientos de las personas cuando hablas con ellos.
- ¿y si mienten tan bien?
- pueden mentir bien pero ese movimiento impropio cuando están mintiendo nunca nadie se los puede quitar. Siempre va a ver algún movimiento impropio, un movimiento que se haga sin pensar que te va a mostrar que miente.
- a ver, di alguna mentira
- ahora no va a servir porque se que esperas a que haga algún movimiento y no lo haré, tienes que hacerlo con alguien que no sea yo
- hay tiempo para eso después ahorita... Quiero hacer otra cosa -se limpio el resto de lágrimas y empezó a menear las caderas de lado a lado
- Melissa...no te muevas así...
Ella siguió moviendo su cadera encima de mi miembro ya erecto. Sus movimientos hacían que mi erección se sienta en el cielo, ver su cuerpo desnudo y como su piel brilla por las gotas de agua del baño es una enorme tentación.
La sujete de las caderas y me senté, acerque mi boca a la de ella y antes de besarla me detuve para ver sus ojos. Pupilas dilatadas, ¿ya tan rápido y ya está excitada?
Pegue mis labios a los de ella y empezó una guerra entre nuestras lenguas, su cuerpo se pegó al mío, sus manos me quitaron la camisa por arriba de la cabeza. Dejo descansar sus manos en mis hombros para después bajarlas hasta el pequeño botón de mis pantalones.
Detuve su mano y me aleje de su boca, sus labios quedaron hinchados y rojos por el pequeño asalto a su boca. Me levanté de la cama aun con ella encima de mi, me puse enfrente de la cama y tire el cuerpo de Melissa al colchón haciendo que saltará.
Me puse de rodillas y tome sus tobillos acercándola al borde de la cama, abrí sus piernas y pase la lengua entre sus pliegues. Llegue a su botón sensible y lo metí a mi boca mientras mi lengua lo torturaba.
Melissa puso sus manos en mi cabeza y su espalda se arqueó. Cerró los ojos mientras se cubría la boca con la mano libre que tenía en la cama. Me aleje de su humedad y con los labios llenos de sus fluidos me acerque a su boca.
- jamás vuelvas a cerrar los ojos y a cubrir tu boca
- es... Es vergonzoso...
- a mi me encanta que me veas y me encanta escucharte... ¿quieres un trio? Hace unos días te interrumpí con Lisandro
Ella asintió feliz, me aleje de ella y tome mi móvil, entre al chat de Lisandro y le mandé un mensaje.
En menos de un minuto la puerta de mi habitación se abrió mostrando a un Lisandro adormilado pero su otra parte muy bien despierto. Sus ojos se centraron en la pequeña mujer que estaba en medio de mi cama desnuda con las piernas abiertas.
- bueno... Esta es una vista de una muy buena recibida
- su boca -le dije y el entendió
Nos quitamos la poca ropa que teníamos y nos acercamos Meli. La puse en cuatro, me acomode atrás de ella y Lisandro enfrente. Agarré mi erección y lo pasé por su entrada para después hundirme en ella. Lisandro metió su erección a la boca de Melissa.
Empecé a mover mis caderas y Lisandro las suyas. Melissa se aferró de las piernas de Lisandro para no caer. El sonido de sus gemidos ahogados eran tan buenos, como su culo rebotaba por mis embestidas era lo mejor.
Agarré una de sus manos y la puse en su espalda baja. Mis embestidas se volvieron más fuertes y rápidas, el choque de nuestras piernas hacia eco en la habitación y sus gemidos en la polla de Lisandro me descontrolaba.
- mierda Meli... Estás tan húmeda y apretada... -meli saco el miembro de Lisandro de su boca y con su mano libre empezó a masturbarlo
- ¿Porque no se besan? Quiero ver qué se besen...
- Melissa, ¿estás loca? -me quedé quieto aún adentro de ella
- hay vamos cariño... Por mi... Nunca he visto un beso de dos hombres y menos cuando son gemelos... Vamos, por mi -me miro con sus ojos de cachorro
- no sé si el quiera -le pase la pregunta a lisandro, mala idea.
- yo estoy de acuerdo
Porque dije que el decidiera. ¿Estoy pendejo o que? Suspiré y saqué mi miembro de la humedad de Meli. Mejor no le hubiera dicho nada y me quedaba follandome a Melissa solamente yo sin tener que besar a mi otro yo
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Un Amor De Locos
RandomUn paciente nuevo... Sentimientos desconocidos... Un pasado saliendo a la luz... Dos personas (o mas) en mi corazón... Nadie dijo que estar trabajando en un hospital psiquiátrico sería seguro, en cualquier momento uno de los pacientes puede atacarte...