capitulo 12

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Solté un gemido ahogado cuando empezó a embestirme sin control alguno, sus dedos me apretaron las caderas y los choques entre nuestras piernas hacia un sonido seco en la habitación. Una de sus manos me agarró del cabello y me obligó a tirar la cabeza para atrás arqueando la espalda y con la mano libre agarro mi cuello.

Su cadera no dejaba de moverse haciendo que su erección entre en lo más profundo de mi. Mis ojos se cerraron y mi garganta dolía de tanto gemir. Mis manos estaban blancas por lo fuerte que estaba agarrando la sábana.

Soltó de golpe mi cabeza y con una de sus manos jalo mi cadera hasta tenerme casi encima de él, me obligó a darle sentones.

- dale psicóloga... Muévete...justo así...

Se sentó en la orilla de la cama obligándome a bajarme de esta, me jalo nuevamente de la cintura hasta tenerme sentada encima de su polla. Agarro mi cabello con su mano derecha mientras con la izquierda se sostenía de la cama para darme unas embestidas más fuertes

- ah! Mierda! Jackson!

- así es... Grita mi nombre...-agarro mi cuello y me llevo hasta la mesa. Me empujó dejando mi pecho en el metal y subió una de mis piernas en su antebrazo- grita... Quiero escucharte

- ahhhh!!! Jackson! Por dios! Ah

- No querida... Dios no te está dando está cogida

Después de unas embestidas más llegue a mi presiado orgasmo pero el no se detuvo, me agarró de los hombros y saco su erección dejando solo la punta en mi entrada. Me tapo la boca para darme una estocada que me saco varias lágrimas.

Salió de mi y mis piernas me fallaron tirandome al suelo. Lo vi, ahí parado enfrente de mi con una sonrisa, desnudo. Cogible. Agarro mi nuca y metió su erección en mi boca para después de unas embestidas se corra. Lo saco y dejó su semen chorrear de mi boca hasta mis senos. Se puso a mi altura y me cargo hasta dejarme en la cama.

- no creas que voy a parar... Te dije que hoy iba a rezar

Abrió mis piernas y se acomodó en mi entrada, puso una de sus manos en mi cuello para empulsarse en mi interior. Mi boca estaba seca. Mis manos dolían de tanto apretar y las piernas ya no las sentía. Me ardía mi intimidad pero Dios, no negaré que la manera en la que el coge es sensacional.

Se acercó a mi boca sin dejar de embestirme, su agarre en mi cuello se hizo más firme.

- ¿Quieres más? -su velocidad fue aumentando un poco mas- si no respondes te daré más duro... -obviamente no voy a responder- ya entendí...

Se alejó de mi boca y agarro mis manos hasta ponerlas en su cadera, veía como mis senos rebotaban y la cama se pegaba a la pared, su cabello caía a su frente y las puntas estaban llenas de sudor, su abdomen brillaba por el sudor y su boca soltaba gemidos y jadeos, su cadera se movía en una fuerza y velocidad que era imposible aguantar los gemidos.

Me volví a correr. El saco su miembro de mi y lo masturbo para después correrse en mi abdomen. Me sonrió para después darme un beso casto en los labios haciendo que sienta un cosquilleo en el vientre. Se acostó a mi lado y me puso de costado pegando mi espalda a su pecho.

- Meli... -su voz era suave y ronca, pero seria y daba miedo- eres una diosa a la cual vale la pena rezar... Pero prefiero verte como la diosa del infierno porque me gusta más pecar... Y contigo soy capas de ganarme el infierno mismo.

Desconocido

- ¡¡¿Como fueron capaces de dejar que el cogiera con ella?!! ¡¡¿Como?!!

Tire todo de mi escritorio para después acercarme al sujeto que me dio esa pésima noticia. Tome la pistola que tenía en su espalda y la puse en su cuello.

- ¿Porque dejaste que cogieran?

- yo... Yo no podía hacer nada... Solo... Solo pase por ahí... Y escuche los gemidos...

- ¡¡¡ella era mía!!! ¡¡Yo tenía que habermela follado,no el!!

- Señor... Se la puedo traer... Yo... Para mí es fácil

- no... Todavía no es el momento, solo... Buscala, necesito hablar con ella

- ¿Es seguro señor? Osea... ¿Sabe el riesgo de hablar con ella?

- la necesito... Ella es la única que puede ayudarme en estos momentos

- claro, ahora la traigo.

El sujeto salió de mi oficina y en senté en mi silla de cuero, me desabotone los primeros tres botones de mi camisa. Estaba sofocandome. Estaba estresado, alguien más se había follado lo que era mío, ella, su cuerpo, sus gemidos debían de pertenecerme solo a mi... Yo iba a quitarle la virginidad de no ser por el.

Jackson... Voy a matarte

El sujeto entro con una mujer pelinegra de ojos negros igual a ella, de buen cuerpo, piel pálida y labios que daban ganas de verlos abiertos con la polla entre ellos. Me acerque y la agarre del cabello obligándola a verme. Era idéntica pero no era ella.

La jale hasta tenerla encima de mi escritorio, me saque la polla del pantalón y sin aviso me la folle enfrente del sujeto. La mujer lloraba y gritaba, trataba de empujarme pero mi empleado le agarró las manos poniéndolas arriba de ella cabeza.

- tu eres mi puta... Si quieres salir de esta ayúdame a traerla a mi

- si... Lo que sea... Solo déjeme!!!

Salí de ella y el sujeto se la llevó, me volví a poner en mi silla mientras me masturbaba con una foto de Melissa desnuda, sus senos grandes y redondos, sus pezones rosados, su color rosado y depilado. Sus manos tan pequeñas y suaves, su trasero que dan ganas de llenarlo de nalgadas. Melissa tú serás mia. Solamente mía.

Después de correrme me limpie y me acomode el pantalón. Salí de mi oficina y me dirigí al psiquiatrico para poder verla de cerca y ahí estaba ella, saliendo de la habitación de jackson... Con las mejillas sonrojadas y las piernas temblando. Ese hombre... ¡¿Se la cogió abajo de mi propio techo?!

Un Amor De LocosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora