capitulo 24

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Entre a la cabaña y me acerque a Antonio el cual estaba dormido o eso espero, acerque mi dedo a su nariz y si, si respira, me senté en el piso a un lado de el, agarre otra holla y dividí el agua, con una de las holas limpie los trapos llenos de sangre h con la otra sumergí el jabón y los trapos limpios. Saque espuma del jabón entre mis manos y con cuidado empecé a lavar la herida.

Antonio dio un brinco al sentir mis manos encima de su cuello, abrió los ojos de golpe apunto de darme un puñetazo pero al verme se calmó. Se volvió a recostar y yo seguí limpiando la herida.

- ¿Que pasó con tus pantalones?

- tenía que limpiar la sangre de mis manos en alguna parte, habían lobos en el lago y sintieron el olor, los distraje con el pantalón que estaba cubierto de sangre.

- te vas a morir de hipotermia

- tal vez pero al menos pude salvarte -lo apunte con mi dedo acusador- no vuelvas a decir que no me importas

- no volveré a decirlo... -desvio los ojos

- mentiroso -me dio una risa ronca que me hizo quedarme estática por unos momentos. Malditas mariposas, mueranse

- no mentía, no volveré a decirlo Meli -me miro a los ojos y yo le sonreí nerviosa volviendo a centrarme en su herida- ¿Como están tus pies?

- ¿Mis pies?

- si, caminaste descalza bajo la nieve, supongo que están un poco rotos y cortados

- ¿Es en serio? Tu eres el que puede morirse por una mordedura de lobo en el cuello y ¿te preocupas por mis pies?

- Meli... Podrías tener una pequeña cortada en tu dedo y juro que movería cielo y tierra para saber que estás bien

-me aclare la garganta y me aleje de el- listo... Ya está limpia tu herida y la cubrí con una tela limpia... -desvie la mirada de el

- ¿Porque me apartadas de ti?

- eso no es verdad...

- no lo niegues Melissa, me duele más que me mientas en la cara

- solo... No sabía lo que sentía... Tenía miedo

- ¿miedo de que?

- de que mis sentimientos por ti sean diferentes a los que tengo con tus hermanos...

- ¿Que quieres decir con eso?

- que... Que por tus hermanos solo siento atracción física... Atracción del follable pero contigo... Contigo tengo miedo de arruinarlo solo por una noche... Eso quiero decir...

Silencio.

No podía mirarlo a los ojos, me daba miedo.

Tal vez estaba buscando la manera de rechazarme, de decirme de alguna manera que no me duela que solo me quiere follar. Si esa era su respuesta lo iba a entender, ¿que puedo tener físicamente que a él le pueda gustar?

- yo... Entiendo qué tal vez no sientas lo mismo que yo... Puedo entender -empece- entender que tal vez solo me quieras para una noche... Total no soy la gran cosa...

- no he menosprecies, haz lo que desees con toda la humanidad pero jamás vuelvas a menospreciarte -levante la vista- te seré sincero... Desde que tengo 10 años y te conoci yo... Yo tuve una obsesión hacia ti, hasta hoy en día

- ¿Obsesión?

- si... Una gran obsesión a tal punto de querer lastimar a la gente que se acerca a ti incluyendo a mis propios hermanos... De eso me estaba peleando con Raúl antes de que salieras... Me estaba diciendo que calme mi obsesión, que tengo que calmarme porque si....

- ¿Si que?

- nada... No es importante

- dime Antonio... -busque sus ojos- ¿si que?

- porque si volvía a hacer lo que hice cuando tenías 15 años te ibas a asustar y te irías

- ¿Que hiciste?

- Meli... -me miro con pena- yo... Yo mate al primer chico que se acercó a ti en la preparatoria...

- ah, eso... Esta bien -le reste importancia- cuando el murió me enteré que solo me quería por un reto... Me hiciste un gran favor -lo mire con una sonrisa- gracias

- oh

Ambos nos quedamos callado, viendonos, habían tantas cosas que quería decirle por ejemplo que sabía que el me espiaba... Que tenía la esperanza de que aquel sujeto que vi en el lago quería que fuera el... Para mí fue imposible confundirlo entre 3 caras iguales a las de el. Yo muy en el fondo sabía quién era mi pelirrojo.

Pero no podía decirle eso... O tal vez si pero mi miedo no me deja, ¿miedo a que? No se, tal vez a que el no me vea de la misma manera en la que yo lo veo... Solo... Solo quiero sentirlo... Saber que se siente hacerlo con el.

Me aclare la garganta y me levanté del suelo, sus ojos recorrieron mi cuerpo semidesnudo y sentí mis mejillas arden y mis manos temblar, quite las hollas del piso y tire el agua por la batea. Estando en la cocina me di unas cuantas palmadas en la cara. Esto es muy raro, este sentimiento en mi corazón es raro.

Nunca me había sentido así... Ni cuando conocí a Jackson y a Arturo... ¿Porque con el es diferente?

Salí de la cocina y apenas entre a su campo de visión sus ojos volvieron a mi, podía sentir como la pena me ganaba y quería cubrirme con algo. Amo mi cuerpo pero en estos momentos me siento insegura.

- no... ¿No tienes hambre? -idiota. ¿Y si me dice que si de donde saco la puta comida?

- ¿Planeas arrancarte la carne para que me des de comer? -me dio una sonrisa de lado

- perdón... Olvide que no estábamos en la casa

- en la casa... -repitio- es lindo que digas la casa como si fuera nuestro hogar

- perdón... Yo... Solo que...

- tranquila, es lindo -sonrio

Jugué con mis dedos mientras me acercaba a el bajo su atenta mirada. Mierda deja de verme asi que me voy a desmayar...

Quedé enfrente de el y lleve mis manos al broche de mi sostén en mi espalda, lo desabroché h deje caer el sostén al suelo dejando mis pechos libres de que él pueda hacer algo... Pero no creo que pueda ya que está débil así que yo haré todo el trabajo. Lleve mis manos a mis bragas y empecé a deslizar las.

- espera! -me detuve y me las volví a poner, cubrí mis senos- mierda... Es que... No se cómo reaccionar... -su rostro se puso rojo- tanto tiempo que estuve fantaseando con esto que ahora que está pasando lo creo irreal...

- pero es real... Estoy aqui... Apunto de entregarme a ti

- Meli... No te ofendas si? -se levantó del mueble con dificultad, quedó enfrente de mi- no quiero hacerte mía en un lugar así, aquí no hay calefacción, no puedo mover uno de mis brazos y no podré darte el placer que quieres... No podré hacer lo que ellos tres te han hecho -acaricio mi mejilla- espera a que me cure y créeme apenas pueda te haré mía tantas veces que vas a necesitar una silla de ruedas y que te cargue para ir al baño

Me reí y lo abracé con cuidado

- está bien... Esperaré pero...

- ¿pero? -me motivo para seguir

- ¿Que haremos con esto? ¿No duele? -mire su erección-

- el frío ayuda para que se baje la calentura pero tú estando desnuda enfrente de mi pegando tus senos a mi pecho lo hace más difícil

Me aleje de el dándole la espalda, me coloque el sostén y me tape con una cobija que había en el piso. El se acostó otra vez en el mueble y yo me senté en el piso cerca de su cara, solo estábamos ahí, en el silencio viéndonos a los ojos.

Al fin te encontré

Un Amor De LocosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora