capitulo 26

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Melissa

Estaba en la habitación de Antonio esperando que salga del baño donde de estaba duchando, estaba con una camisa de el la cual me quedaba como bata.

La puerta se abrió y ahí estaba el, con el cabello húmedo y el torso desnudo con gotas de agua. Me mordí el labio internamente mientras mis ojos repasaba esos perfectos brazos... Mierda ¿así estará de venoso?

- ven... Siéntate, tengo que secar la herida y limpiarla

- como usted ordene mi señora

Me reí un poco y le di paso para que se siente me la cama.

Me quedé de pie frente a él y empecé a secar con cuidado la herida con unas gasas que me dio Lisandro. Estaba tratando de tener distancia con el pero era difícil. Su mano me sujeto de la cintura y me jalo hasta tenerme a horcajadas encima de sus piernas. Podía sentir su respiración mezclarse con la mía.

- es incómodo cuando estás lejos, no trates de mantener distancias, eso duele -asenti

Tome otra gasa mientras sentía como sus manos se deslizaban de mis piernas hasta tocar mi trasero por debajo de la camisa que tenía puesta. Mis mejillas ardieron y no ayudo mucho cuando el acercó su boca a mi cuello obligando a detener mis movimientos. Su aliento chocaba con mi cuello y sus grandes manos se aferraron a mi espalda obligándome a arquearla.

Solté un jadeo cuando su lengua paso por mi cuello hasta atrapar el lóbulo de mi oreja entre sus labios y lamerlo con la punta de su lengua. Se alejó de mi y con una sonrisa se tiro de espaldas a la cama jalandome con el, puse mis manos a cada lado de su cabeza para impedir que cayera encima de él y lo lastimara.

- puedo tener un pantalón de algodón pero mierda... Siento la humedad que tú braga desprende, Meli

- eso no es...

- y otra vez negándolo...-tiro la cabeza hacia atras- ¿podrías dejar de negarlo y aceptar que te pongo húmeda solo con la simple accion de tocarte el culo?

Mis ojos se abrieron de par en par y trate de levantarme pero sus manos me sujetaron de la cadera obligandome a pegar mi ahora humedad en su erección. Recargue mis manos en su pechos y me mordí la lengua cuando empezó a mover mi cadera encima de él.

Soltó un gemido lo que me obligó a verlo. Sus ojos estaban cerrados y sus labios semiabiertos donde se le escapaban algunos gemidos y jadeos. Mi cadera dejo de moverse en círculos y ahora se movía de adelante hacia atrás lo que hizo que me sujete de sus brazos y un jadeo salga de mis labios.

Sus ojos se encontraron con los mios.

- mierda Meli... Que sexy te vez así... Te vez como una reina empoderada

- Antonio... Tu herida

- puede que me duela la herida pero aún me funciona la lengua, mi otro brazo y mi erección está bien despierta

Me sujeto de la espalda y dio un giro dejándome de espaldas en el colchón. Se acomodó entre mis piernas y empezó a besar mi cuello. Me cubri la boca cuando un gemido iba a salir.

Me quitó la camisa dejándome en ropa interior. Me rompió el sostén por la parte de enfrente y me la saco para tirarla a un lado de nosotros. Sostuvo uno de mis senos y lo metio a su boca mientras con su brazo lastimado me cubría la boca.

Cerré los ojos cuando su lengua hizo contacto con mi pezón. Quiero sostenerlo de la cabeza y los hombros pero tengo miedo de tocar su herida así que... Manos a la cabeza.

Antonio se alejó de mi seno dejando un hilo de saliva cuando se separó de mi. Me sacó la braga y la pegó a su cara para olfatear. Mis mejillas se sonrojaron

- no hagas eso... -le pedi

- ¿Porque? Tengo que grabarme en la cabeza todo de ti por si te defraudó y ya no quieres volver a follar conmigo...

- sería difícil que eso suceda...

Puso su cabeza entre mis piernas y sentí su lengua pasar entre mis pliegues. Cerré los ojos y jale la sábana que estaba abajo de mi cuerpo. Me mordí el labio para que no salga ningún sonido involuntario de mi boca cuando sus manos se aferraron de mi cadera y hundió su lengua en mi interior y su nariz se pegó en mi clitoris.

Arquee la espalda y un espasmo llegó de mi espalda a mi pelvis. Mierda... Su mano izquierda masajeó esa zona donde te da cosquillas cuando estás apunto de llegar. Su pulgar se deslizó entre mis piernas hasta que las volvió a abrir dejando que nuestros ojos se encontrarán. Me sujeto de las muñecas y las jalo por debajo de mis piernas dejandome completamente expuesta para el.

Solté un gemido y llegue al orgasmo, cerré los ojos y mi espalda se arqueo liberando ese líquido en la boca de Antonio. Cuando terminó el orgasmo mis músculos se relajaron y mis piernas cayeron en las piernas de Antonio una vez que el se levantó de rodillas y se limpio la comisura de su labio. Una sonrisa apareció en su rostro.

- no sabes cuanto desee esto... -me confesó y yo sonreí

- ¿solo esto?

- y mucho más pero no puedo... Ya me está doliendo el brazo

- entonces... Acuéstate y deja que yo haga todo el trabajo... ¿O dejarías que uno de tus hermanos me baje la calentura que tú me acabas de causar?

- mejor me acuesto -dijo con una sonrisa

Le hice un espacio a mi lado. Se acostó y yo me puse enfrente de el. Le quite el pantalón y deje libre su gran erección. Me quedé viéndolo embobada... Mierda si está igual de venoso como me lo imaginé... Pero no me lo imaginaba de este tamaño...



Ya se merecía un poco de amor nuestro pequeño Antonio y Melissa necesitaba aceptar sus sentimientos de una vez por todas, a que no se lo esperaban :)

Un Amor De LocosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora