A medida que el tiempo pasaba, Killian se sentía cada vez peor. Odiaba mentir, pero el miedo que sentía al no saber cómo reaccionarían si descubrían que sabía qué había pasado aquel día era peor.
Los Cullen habían intentado volver al antiguo estilo de vida que tenían en Forks desde que el humano había llegado a su familia, pero no habían podido evitar notar el aura distante que éste poseía desde el hospital. Y, aunque entendían que era por culpa de sus supuesta pérdida de memoria, aquello les resultaba bastante conflictivo; Jasper —quien se había negado a volver a acercarse al humano por miedo a perder el control y atacarlo otra vez— seguía viviendo en una de las pequeñas casa situadas junto a la villa, únicamente saliendo para cazar y asistir a sus clases de psicología en la universidad. Aunque Carlisle había intentando que volviera a hablar con él y no se preocupara tanto, no podía evitar estar ligeramente asustado, no confiando en sí lo suficiente. A veces, podía sentir las emociones de Killian de una manera mucho más fuerte que el resto, como si fueran mucho más dolorosas. Jasper atribuyó el miedo de Killian a que había perdido la memoria y no porque éste tuviera miedo de que lo abandonara, atribuyó la tristeza a que extrañaba a las personas que conocía y no porque quizá fuera la última vez que pudiera experimentar de primera mano una familia unida que lo apreciaba. Las emociones que Jasper sentía no significaban nada parecido a lo que él creía; Esme, a pesar de intentar con todas sus fuerzas el aparentar una actitud alegre, aún seguía preocupada por Edward y su repentina marcha y desaparición. Era casi imposible contactar con él y aquello parecía deprimir a la mujer cada vez más, además, la situación con Killian la hacía sentir bastante desanimada.
A principios de marzo del año siguiente, cuando el frío comenzaba a desaparecer otra vez y Killian estaba a meses de finalizar su último año escolar, Alice tuvo una visión.
Era una tarde cualquiera, una tarde en la que los Cullen se quedaban en la casa debido al sol mientras veían a Killian pasear junto a Jasper —éste último siempre queriendo que le lanzaran lejos su pelota para ir a buscarla mientras ladraba feliz—. Aquel día, el canino se había pasado la mayor parte del tiempo gruñéndole a la pelota como si ésta lo hubiera ofendido, provocando la risa en Killian, una que rara vez conseguían oír pero que causaba una enorme sensación de paz y tranquilidad. El humano regresaba junto con el perro luego de largas horas de juego, entrando por la puerta y mostrando a la familia un aspecto agotado con una fina capa de sudor adornando su piel. Alice se acercaba a ellos con una sonrisa y una bandeja con limonada en las manos, cuando se detuvo de golpe y dejó caer las cosas al suelo. Esme fue la primera en acercarse, abrazándola por los hombros mientras le preguntaba si estaba bien. Killian ya no se sorprendía, había visto eso pasar muchas veces pero nunca preguntaba y siempre respondía con un "no es de mi incumbencia, lo siento" cuando alguno intentaba explicar el extraño actuar de la joven vampiro. Aquel día no fue distinto, simplemente se alejó y se dispuso a juntar los trozos de cristales que habían caído en el suelo.
—Ten cuidado. No te cortes —la voz de Rosalie le hizo sentir escalofríos.
—Lo tendré —murmuró.
Se levantó luego de recoger los trozos grandes, dirigiéndose hacia la cocina para buscar una escoba con la que barrer los fragmentos más pequeños. Los escuchaba susurrar, cada vez más alto, hasta que una oración hizo que la sangre de su cuerpo se sintiera helada.
—Bella ha saltado de un acantilado. No puedo verla más —aquella fue la voz de Alice.
¿Era por eso que se quedaba quieta como si le hubieran dado un golpe? ¿Alice podía ver algo a distancia? Aunque no comprendía mucho, Killian no era tonto y su cerebro funcionaba a gran velocidad cuando éste quería. "Bella ha saltado de un acantilado", esa oración sonaba horrible. Bella fue una de las pocas personas que no le había mentido sobre el gusto por sus ojos, ¿cómo que había... Killian movió la cabeza de un lado a otro y suspiró, volviendo a tomar la escoba y dirigiéndose al salón. Gracias a la constante tristeza que poseía el alma de Killian, Jasper —desde su propia casa— no logró distinguir ninguna alteración en él, privándole de saber que había conseguido escuchar algo.
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OJOS ROJOS; twilight
FanfictionEn donde los Cullen confunden a un humano normal con un ser extraño y sobrenatural. [Comentarios de spoiler serán eliminados. Por favor, no arruinen la experiencia a otros lectores] Comienzo: Diciembre 3, 2021 Finalización: -/-/-- Word count: ---