014; miedo

8.3K 1.1K 38
                                    

Al día siguiente, un fuerte viento caliente se había levantado y golpeaba las cristaleras del hospital con gran empeño. El cielo encapotado por un enorme nubarrón gris oscuro amenazaba con dejar caer una gran cantidad de agua. Era una clara tormenta veraniega.

Esme caminaba dando pasos cortos por el pasillo como si no estuviera completamente convencida de dirigirse hacia la habitación de Killian a pesar de que moría de ganas de verlo. Su esposo, Carlisle, la acompañaba caminando a su lado; El doctor Cullen había decidido comenzar a trabajar aquel mismo día, pero como tenía el turno nocturno sólo podía servir de acompañante durante el día. Más aprovecharon la falta del brillante sol para visitar desde temprano a Killian.

—No estas segura —murmuró el vampiro a mitad de camino, deteniendo su caminata y observando el mal clima de fuera, sin embargo se negó a soltar el brazo de su esposa, acariciando lentamente su antebrazo mientras le intentaba dar ánimos.

Ella hizo una pequeña mueca con sus labios. A veces podía llegar a odiar lo increíblemente bien que Carlisle la conocía, pero nunca se atrevería a quejarse porque no todos podían tener la suerte que tenía ella de tener una pareja así de atenta.

—¿Has pensado en qué haremos una vez que Killian recupere la memoria? —preguntó ella—. Llevo pensándolo desde ayer. Ahora nos tiene miedo porque no nos recuerda y recuerda sus experiencias anteriores, pero cuando nos recuerde y recuerde lo que pasó ese día... ¿estás seguro de que no nos tendrá miedo a nosotros, a lo que somos?

Carlisle bajó la mirada hasta sus zapatos. No era la primera vez en el día que escuchaba aquello.

—Yo también tengo miedo —admitió Esme—, incluso Rosalie dice tenerlo. Miedo a que nos tenga pánico, a que se dé cuenta de que nunca tuvo la oportunidad de tener una familia normal —un suspiró cansado escapó de sus labios, sus ojos recorrieron vagamente el perfil de su esposo—. He tenido siempre esto en mente. El día que lo descubriera. También he pensado en mil y una razones por las cuales él quiera regresar con Soledad. Buscaba un lugar en el que sentirse a salvo, un lugar en el que poder ser capaz de experimentar lo que es tener una familia, y quizá seamos como una a nuestra manera pero no estaba a salvo y lo pusimos en peligro —Esme entrelazó las manos sobre su abdomen y miró hacia el pasillo por el que debían avanzar para llegar a Killian—. No quiero que nos tenga miedo. Quiero darle la normalidad y estabilidad que necesita y aunque nosotros estamos dispuestos a dársela, dudo mucho que sólo voluntad sea suficiente.

Carlisle se colocó frente a su esposa, tapando la vista del pasillo. Agarró sus mejillas con ambas manos y elevó su rostro para que lo mirara directamente a los ojos. Una pequeña sonrisa reconfortante apareció en su boca. El vampiro se inclinó ligeramente y dejó un tierno beso en sus labios, causando que Esme sonriera ante la acción.

—Jasper está muy arrepentido, y está dispuesto a intentar mucho más el controlar su sed de sangre. Admitió que tampoco quiere que perdamos a Killian por su culpa. En cuanto a Killian... tendremos que esperar hasta que nos recuerde, y mientras tanto sólo nos queda hacerle ver que no somos como todas esas familias y que sí puede confiar en nosotros —Carlisle arrugó sus cejas—. Siento que he dicho lo mismo una y otra vez a cada uno de los chicos.

Los chicos... Sus hijos adoptivos. Esme los había visto estar bastante preocupados por Killian también, sobre todo a Rosalie y Alice, quienes pasaron mucho más tiempo conociendo al humano. Parecía que Killian había calado realmente hondo en sus vidas, y no le extrañaba en lo absoluto, el humano había resultado ser como un ser de luz, como alguien especial que rara vez aparecía.

—¿Hay noticias de Edward? —cuestionó Esme al hacer recuento de sus hijos y recordar a aquel del cual no habían escuchado nada en días.

—No. Sólo sabemos que está por Brasil pero no he recibido noticias de que esté en la isla o en alguno de los apartamentos.

OJOS ROJOS; twilightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora