Su cabeza dolía. Un constante dolor punzante en la parte trasera de su cabeza que le daba inmensas náuseas. ¿Alena? Imposible. Su rostro se contrajo durante un instante, sus ojos permanentemente cerrados ante la intensidad del dolor. Sus manos sudaban. Era una sensación agobiante y muy molesta.
—¿Killian? —la voz de Alice sonó a su izquierda. ¿Cuándo había llegado a su lado?
Incluso el bajo tono de voz de la chica le causaba molestia. ¿Era esto debido al golpe? ¿Alguna consecuencia de éste? Killian se sentía terriblemente mal.
—¿Killian? —volvió a escuchar la voz de la joven.
Odiaba esa sensación. La sensación de sentirse mal y saber que tendría que pedirle ayuda a alguien para poder mejorar. Jamás le había gustado obtener la ayuda de los demás, sabía que aquello sería causarle problemas innecesarios a otras personas y eso era lo que menos querría Killian: causar problemas.
—Estoy bien —aseguró el joven, respirando profundamente antes de levantar la cabeza.
La borrosa baja estatura de una niña fue lo primero que vieron sus ojos al abrirlos. Killian tuvo que pestañear un par de veces para enfocar la imagen.
—Ian, ¿estás bien? —preguntó la aniñada voz.
El joven no quería ser brusco con ella, pero su voz provocaba cierta molestia en su cabeza. Sin embargo, se lo guardó para sí mismo, se acuclilló frente a la ojiverde y sonrió.
—¿Qué estas haciendo aquí?
Alena sonrió.
—Mi nueva mamá llamó para que pudiera verte, pero tu nuevo papá dijo que habías tenido una pequeña caída y que estabas en el hospital. Mamá habló con nana, nana llamó a tu papá y él le dijo que habías perdido la memoria. Luego nana se lo dijo a mi mamá y yo le dije a nana que quería verte.
—¿Tu nueva mamá? Espera, ¿mi papá? ¿Te refieres al señor Cullen? —murmuró el humano, confuso. La niña asintió sin dudarlo. Killian quedó un poco descolocado ante la forma en la que Alena llamaba al señor Cullen; pero, en cierto modo, logró entender que Alena asociaba la adopción definitiva con llamar a los adoptantes "papá" y "mamá". Killian supuso que nana Sol debía haberle dicho que había sido adoptado—. ¿Convenciste a nana para venir hasta Nueva York?
—No sabes lo insistente que puede ser esta niña... —se quejó la mujer mayor.
—Le dije a nana que mis papás me acompañarían y aceptó.
—¿Están aquí? —preguntó el adolescente.
—No —negó—, se quedaron en el hotel. No querían molestarte.
—Oh.
Soledad se acercó al menor y lo examinó de arriba a abajo, bajo la atenta mirada del clan de vampiros. Sus arrugadas manos subieron hasta sus mejillas y las ahuecaron con delicadeza. Los ojos de la mujer mostraron un brillo triste al mirar su rostro.
—¿En serio te encuentras bien? —preguntó la mujer.
—Ha sido sólo un golpe, nana —aseguró.
—Pero has perdido la memoria.
Killian tensó la mandíbula, bajando la mirada hasta el suelo sin saber qué contestar.
—Pero, Ian nos recuerda a nosotras —pensó la niña en voz alta.
Carlisle no pudo evitar reír un poco ante lo dicho. Los niños eran algo fascinante.
—La memoria se puede perder en partes —explicó—. Killian sólo perdió una pequeña parte de ella.
—¿Y la va a encontrar? —cuestionó la niña como si aquello se tratara de una simple pieza de puzzle desaparecida.
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OJOS ROJOS; twilight
FanfictionEn donde los Cullen confunden a un humano normal con un ser extraño y sobrenatural. [Comentarios de spoiler serán eliminados. Por favor, no arruinen la experiencia a otros lectores] Comienzo: Diciembre 3, 2021 Finalización: -/-/-- Word count: ---