—De verdad, puedo quedarme aún, hablaré con el profesor y acordaremos una videollamada.
—Está bien, en serio. Es mejor que sigamos con nuestras actividades como si nada, sí cancelas tu viaje antes de que se de la noticia de que huyeron se verá sospechoso. Además, en cuanto menos lo pienses ya estarás aquí de regreso.
Victoria se colocó de puntillas para besarme rápidamente, y convencerme de que me fuera.
Me preocupaba que él mismo día que yo viajaría a Londres, Victoria llevaría a cabo parte de su plan, donde haría creer al pueblo que los presos del ataque habían escapado, sería una noticia impactante y que causaría controversia, de cualquier manera, solo iba a pasar dos noches en Londres, la de hoy y la de mañana, volvería a Dagraophem el domingo a medio día.
—Bueno, entonces tengo que irme, entre más pronto llegue, más pronto estaré de regreso.
—Ten cuidado.
—Te llamaré cuando llegue a Londres, y le daré tus saludos a Harry.
—No le mandé saludos—. Frunció el ceño.
—No, pero igual se los daré.
Reí levemente y Victoria sonrió, deje un beso más en su mejilla y luego otro en su frente, despidiéndonos una vez más.
Cuando subí al avión privado junto con mi equipo de seguridad, sí que había tenido que viajar con ellos, me aseguré de tener las notificaciones de las noticias activadas, quería estar informado en todo momento, saqué un libro de misterio que había comenzado a leer y me dispuse a disfrutar de las horas que estaríamos en el aire, además, viajar en un avión privado era bastante cómodo.
—Joseph, ¿está bien si repasamos el protocolo de seguridad?
Dave entró al área donde estaba yo solo y asentí, viendo que traía una caja en manos, se sentó en el sofá frente al mío y abrió la caja, revelando algunos cables y artículos que no sabía que eran.
—Yo sé que está acostumbrado a andar por las calles de Londres sin problemas, pero las cosas cambiaron, así que tenemos que estar prevenidos por cualquier cosa. En todo momento, vamos a evaluar él área antes de que entres a algún lugar, asegurar el perímetro y tu departamento también. Yo sé que tu casa es privada para ti, así que estaremos en cada una de las entradas ¿de acuerdo?
No.
Estar tan vigilado me hacía sentirme asfixiado. Aunque había estado así los últimos meses, era distinto pensar que vigilaban el palacio, y no a mí precisamente.
—De acuerdo—. Pero al final, ¿qué otra opción tenía?
—Mira, este es un reloj especial — a simple vista, parecía un reloj como cualquier otro el que me dio, tenía las correas negras y una pequeña pantalla—, pero su único uso es que es de emergencia, presionando dos veces seguidas el botón dorado de acá —, lo señaló—, se emite tu ubicación exacta, presiónalo si te sientes en peligro ¿de acuerdo?
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Cuando la corona se rompe
RomanceJoseph tiene cuatro empleos, hace malabares con las cuentas cada mes y cada día qué pasa se siente más y más atrapado. Victoria es la heredera de uno de los reinos más ricos del mundo, pero para poder acceder al trono necesita un esposo. La propue...