C⁵⁴. Coma

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Bien:

El sonido traspasa mis oídos, son oraciones y ruegos a un Dios que tal vez no la escucha, pero aún así las hace. Incluso sabiendo que tal vez la odie por el resto de mi vida porque esto es su culpa.

Mis ojos se mueven al igual que mis dedos con un movimiento lento, no hay dolor, hay angustia y miedo.

—Emma...—es lo único que me importa que escuchen al despertar.

—Hijo—guarda su llanto para otro momento y pide un doctor—ire a avisar que has despertado.

Antes de moverse tomo su muñeca con la única fuerza que sale de mis manos y la detengo.

—Me lastimas Biel—la miro con reproche y paso saliva antes de hablar.

—Es—solos dos palabras y ya duelen en la garganta —esto es tu culpa.

—Biel no.

—Calla esas mentiras—atraigo su cuerpo completo con un jalón más fuerte en su muñeca.

—Biel...

—No me gusta hacer promesas—pero las he hecho—hoy te haré una a ti. Nela Murphy, prometo que si Emma está muerta, la siguiente tres metros bajo tierra serás tu.

—Biel, soy tu madre—se suelta y endereza su cuerpo—¿Cómo te atreves a amenazarme?

—No ha sido una amenaza... Madre, ha sido una promesa, una que si pienso cumplir si ella está o muere.

—No está muerta, cállate por favor. Iré por el doctor, esto es un milagro—sonrie estúpidamente y se va.

Dos años, dos malditos años en coma.

Mi madre se ha vuelto religiosa y mi padre está siendo buscado por todo el FBI.

Y Emma, mi preciosa Emma está perdida.

Después de ser evaluado un poco y escuchar que esto ha sido un milagro de Dios por boca de mi madre y el doctor que sigue sus predicciones desde que estoy postrado en esta cama, mi mejor amigo entra a la sala con ese uniforme que nos advierte en la situación en la que estamos.

—Me han dicho que has despertado, no lo había creído pero aquí estás—Nathan se acerca y pide que nos dejen solos.

—Se a que has venido, mi madre me ha dicho todo—trato de levantarme de la cama cuando pone su mano sobre mi hombro.

—Tranquilo, no he venido a hablar de eso, solo quiero saber cómo está mi mejor amigo.

—Es un buen gesto—me quitó la aguja de mi mano—pero yo si deseo hablar de eso, siéntate y escúchame.

Nathan suspira y se sienta en la silla de mi lado.

—Te escucho Biel.

—No me importa mi padre, el decidió su camino, hayan sido las circunstancias que hayan sido que lo obligó a tomarlo, es culpa de él y nada más. A mí me importa Emma.

—¿Emma?—se hace el desinteresado y niego.

—Siempre fuiste malo mintiendo Nathan, se que sabes, no se si es todo o a medias pero la amo. Me conoces Nathan, más que cualquier otra persona, yo nunca he amado a alguien que no sea a mi mismo.

—¿Cleo?

—Un abismo sin salida para no querer sentir eso por mi hermana, oh bueno, en ese entonces era mi hermana.

—Son hermanos, no de sangre pero lo son Biel —dice cómo si no lo supiera o lo pensará.

—Nunca la vi como mi hermana, al principio por odio, incluso ahora sigo sintiendo odio por ella. Pero hay más, no solo ese sentimiento bobo sin razón, yo la amo, me importa más que nada en este maldito mundo ¡Y ahorita no sé dónde mierda está Nathan y te necesito, necesito tu ayuda!—no sabe que decir por su silencio.

Desde niños somos inseparables, nos conocemos hasta el secreto más oscuro que tengamos, oh bueno, lo hacíamos. Y Biel Lynch Murphy se especializa en ocultar todos sus sentimientos y en no pedirle ayuda a nadie porque se siente capaz de todo.

—Ella me hace ser débil y sumiso, pero también me hace ser fuerte. Ahora necesito tu ayuda porque la he perdido—mis palabras tratan de convencerlo—sin ella no soy nadie, solo a su lado valgo algo y ahora sin Emma solo soy un muñeco de trapo sin valor alguno.

—Nunca, escucha bien, nunca me imaginé verte rogando ayuda—ruedo los ojos—pero agradezco que esa chica te haya cambiado un poco. Voy a ayudarte Biel, pero encontrando a Emma solo tienen una oportunidad de irse porque después tendré que elegir entre ustedes o mi trabajo.

—Y siempre elegirás tu trabajo—asiente y lo entiendo.

—Ahora cuéntame todo, desde el principio.

—Gracias de verdad —medio sonrió y empiezo a contarle sobre aquel día.

Cómo el plan parecía salir perfecto hasta que llegó el día de la boda y ella volvió por mi, cómo le hable e intenté irme hasta esa discusión distorsionada de mamá y Bryson.

—¿Estás diciendo que tú verdadero padre es Bryson?—asiento—mierda, eso es horrendo. Pero sigo sin entender ¿La discusión de tu madre con Emma y Bryson estaban dentro del plan?

—Si, pero eso no lo sabía yo. Emma sigue siendo impulsiva, quería ser libre tan rápido que no lo pensó dos veces y huyó para salvarme o salvarse, no lo sé, pero aunque el plan era que yo la siguiera como lo hice, no fui el único que lo hizo.

—Bryson...

—Bryson, Alessandro y mi madre. Llegamos a una bodega, la conocíamos Emma y yo en secreto, mi madre jugaba cartas y apostaba dinero en ese lugar con amigas suyas o esposos de las mismas; cuando llegamos solo pudimos hacer lo que necesitábamos, correr hacia los brazos del otro.

—Y los vieron juntos los tres, seguro que tu madre se sorprendió.

—Si, ella no lo sabía pero lo intuía después de pedirle ayuda, solo que Bryson y su hijo no, fue realmente una sorpresa no tan grata para todos. Cuando nos vieron Bryson solo aplaudió y miro a mi madre mientras Alessandro seguía procesando toda la información que su padre escupía.

—Alessandro está muerto ¿Que paso ahí, en qué momento paso eso?—no sabía si eso lo pondrían en su expediente y eso la culparía igual que a mí padre.

—El impulso de salvar a un hijo en peligro te hace cometer tonterías, pero el impulso de salvar a dos te hace cometer estupideces sumamente grandes. Ese impulso lo tomo Nela y mato a Alessandro después de que Bryson la amenazará con matarnos, ya perdió un hijo Nathan, no podría perder tres.

—Lo entiendo.

—Después de eso todo paso tan rápido... Mi madre cedió ante Bryson y mi memoria se borró por completo, de ahí no recuerdo nada, más que llanto y gritos de Emma que desgarran mi alma al cerrar mis ojos y ver su rostro.

—Han pasado dos años Biel no crees... ¿No crees que esté muerta?—cierro los ojos y niego, no solo niego a mi cabeza al pensarlo, también niego a la idea que se plantea él en la suya.

—El corazón se sincroniza con el de la otra persona cuando hay amor. Mi corazón aún la siente, así que me voy aferrar a eso, sea verdad o solo sea un mecanismo de defensa que me protege de un posible daño irreparable.

Ahora ruego y hago lo mismo que mi madre. Porque ella me hace hacer cosas que años atrás no haría por nada del mundo, eso era antes de ella.

No creo en Dios, solo creo en que hay personas que creen en el.

Fragmentos De Un Amor Incomprendido [LIBERTAD Y CONDENA] © +18 TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora