C⁵⁸. Libres.

10 4 0
                                    

Biel:

La noche ha caído y lo único que alumbra mi camino son los faros del coche que he prendido hace diez segundos atrás.

Siento que me pierdo y esa es la única luz que veré durante un largo tiempo, entonces tengo miedo, miedo real y doloroso.

¿Dónde estás Emma?

No me rindo, aún cuando siento que voy en círculos y que la paciencia se me acaba.

Cleo está dormida sobre el asiento y el cristal, su respiración es lenta al contrario de la mía, y su cabello vuela por el aire porque mi ventanilla está casi a la mitad.

Reviso el mapa por tercera vez en el día y veo el punto rojo palpitante que indica que ya hemos llegado, entonces no sé si despertarla o dejarla fuera de peligro.

Paro el coche y la miro un momento, haciéndome recordar a la niña frágil que yo y mi familia lastimo por ambición o venganza, ahí se me parte el corazón.

¿Que pasaría si Emma estuviera en su lugar? Seguramente haría el mundo arder como pienso hacerlo si ella no está en esa bodega, y Cleo me ha hecho perder el tiempo.

En todo caso, bajo del coche y voy solo, si la llevo conmigo y Emma no está se que su primer reflejo será escapar. En el auto dormida dudo que se le ocurra aquello.

Enciendo la linterna de mi celular, le quitó el sonido y voy hacia la bodega; Cleo antes de dormirse había mencionado una puerta trasera así que la busco.

No voy a subestimar a Bryson, me he dado cuenta de que no debo hacerlo con ninguna persona, en especial una persona herida o vengativa, y eso, eso es él en este momento.

No hay ningún otro ruido que no sea el de los grillos que hay por el pasto abundante y seco alrededor del lugar.

Mis pasos son suaves, silenciosos y medidos. Parece que todo va bien cuando mi teléfono vibra sobre mi mano, miro la pantalla y es un cuadro en advertencia con una cuenta regresiva:

Pila agotada, a... de apagarse⚠️

«¡Carajo!» maldigo en un susurro débil mientras meto el aparato en mi bolsillo ya que así no va a servirme de nada, y sigo caminando hasta aquella puerta oxidada y con abolladuras leves.

—Se volvió a ir, nunca pensé que fuera tan débil pero veo que me equivoqué en muchas cosas, muchas veces. Necesito que vengas y le des algún medicamento o que se yo, pero la necesito despierta, los golpes dejan marcas y no necesito que su madre venga después a reclamarme, si es que la encuentran claro está.

Reconozco la voz, está hablando por teléfono, lo que me preocupa y no.

Me preocupa porque eso significa que está golpeando a alguien y necesita medicamento, la única que puede estar ahí adentro es Emma. Y no, porque eso significa que la encontré.

Inconscientemente siento como mis mejillas suben y el corazón vuelve a palpitar, esta vez con menos peso que antes.

«Te encontré cariño»

Antes de entrar, abro un poco la puerta y echo un vistazo entre la orilla que me deja ver qué tal lejos están de la entrada. Tal vez son unos diez metros o menos con suerte.

Fragmentos De Un Amor Incomprendido [LIBERTAD Y CONDENA] © +18 TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora