Siempre serás tú

26.

Kate.

Yelena posa un objeto sobre mi espalda y éste comienza a vibrar, ahogo un gemido pues sé de qué se trata, ¿Tratará de persuadirme con sexo?.

Aquí me tiene de rodillas me tiene completamente rendida.

— De verdad me moría de ganas por probar ésto contigo, pero quiero que sepas que estás en tu derecho de decirme que no, así que, ¿Kate?.— suspiro y la miro a los ojos.

— Haz que no me arrepienta.— es lo único que digo y una sonrisa se forma en su rostro.

— Sus deseos para mí son órdenes.— dice ésto y con su pie abre mis piernas, aún sigo hincada.

Ella se pone de rodillas por detrás de mí y comienza a besarme, sus besos están llenos de deseo, ella me desea.
Sus besos bajan a mí cuello y succiona, sin duda esto dejará marca mañana ja, sus manos hacen un recorrido desde mi cintura suben y tocan mis pechos y vuelven a bajar lentamente hasta mi cintura y me quita mi playera.

Ahora siento sus manos cálidas recorrerme mientras deja pequeños besos en mi espalda y hombros. Segundos después vuelve a poner sus manos en mi cintura y baja mi short quedando únicamente en ropa interior.

— No te levantes por favor.— me pide y obedezco. Ella se levanta y me mira, no soy capaz de verla a los ojos y éso lo nota.

Me levanta la cabeza con su mano.

— Eres preciosa Kate Bishop, que nadie te haga dudar lo contrario.— me dice y se quita la playera y el short que traía.

Trago saliva al ver su cuerpo perfecto dejemos de lado las múltiples cicatrices que tiene en su cuerpo, ella es la perfección hecha mujer y tengo la fortuna de llamarla mi novia.

Vuelve a ponerse de rodillas pero ahora frente a mí y me mira fijamente a los ojos.
Sin dudarlo vuelve a besarme pero ahora me tira de espaldas quedando ella encima de mí y sus manos comienzan a explorar cada milímetro de mi piel.

Ahogo un gemido cuando siento las vibraciones del aparato en mi abdomen pero pronto se detienen.

Sus labios pasan de mi cuello a mis clavículas y su mano libre por debajo de mi espalda, no sé cómo demonios logró quitarme el sostén con una sola mano.

Con su boca chupa y muerde mis pechos, mi respiración es completamente irregular, comienzo a sentir espasmos en mi abdomen, sólo ella puede lograr ése efecto en mí, llegó al orgasmo cuando siento la vibración en mi sexo.

— Ésta sin duda será una larga noche Kate Bishop.— me dice mientras termino de recuperar el aliento.

— Debería tomar "decisiones estúpidas" más seguido.— le digo haciendo comillas.

— Espero que reconsideres ésa locura tuya.— me dice y la dejo debajo de mi abriendo sus piernas y sosteniendo sus manos.

— Espero que tú, reconsideres acompañarme en ésta locura mía.— beso por unos segundos sus labios y me separo de ella.

— ¿Sabías que los volcanes liberan toda la energía que tienen acumulada al hacer erupción? ¿Y entre más energía acumulen más poderosa será la erupción?.— pregunto y ella niega confundida.

— Pues es lo que siento cada que estoy contigo, y sé que también lo has sentido, sólo quiero que lo recuerdes, así es cómo se siente un volcán.—

Yelena.

Kate rompe el beso para hablar sobre volcanes, me dijo que me haría recordar el cómo se siente ser un volcán en erupción.
Se acuesta de costado y su mano baja hasta mi ropa interior y comienza a trazar círculos por encima de la tela, intento mantener mi respiración regular la miro unos segundos a los ojos pero los cierro cuando siento que entra en mi intimidad, arqueo mi espalda y muevo mis caderas al ritmo de sus embestidas.