Siempre serás tú

97.

Seis meses después.

Cassie.

— ¡Salud por nosotros!.— hago un pequeño brindis por Luis y por mí, llevamos ya casi dos años de relación para ser exactos un año ocho meses, y sin duda alguna han sido los mejores de mi vida.

Todavía recuerdo ése día que lo ví entrar al complejo con su pequeña hija en brazos. Desde ése momento se robó mi atención.

— Por una vida a tu lado, ¡Te amo Cassandra Lang!.— me gustaría decirle que lo veo en sus ojos y en sus acciones.

Pero no puedo, él me pone nerviosa, es algo que siempre me ocurre cada que me dice algo lindo, ósea casi siempre, excepto cuando sale de misión, son los días que más lo extrañamos Meli y yo.

Hablando de Meli hoy se encuentra muy bien cuidada por Kate quién se ofreció a cuidarla mientras nosotros teníamos ésta cita improvisada.

— Así será entonces mi amor. Te amo.— chocamos nuestras copas.

Una de las meseras se acerca y le dice algo en el oído.

— Quiero mostrarte algo. Ven conmigo.— nos ponemos de pie y seguimos a la señorita.

— Disculpen la tardanza, no sabíamos que iban a llegar temprano.— nos dice sincera la mujer.

— No te preocupes, gracias.— responde mi novio.

La mesera abre la puerta del elevador y nos adentramos.

Al abrirse las puertas lo primero que llama mi atención es una hermosa terraza llena de plantas hermosas y con una vista preciosa de Nueva York y en el centro una mesa para dos personas con un arreglo floral en el centro.

— Espero que te guste mi amor, es nuestro por toda ésta noche. O hasta que nos vayamos.— me abraza por detrás mientras me recupero de la impresión.

— Es hermoso mi amor.— tomo sus mejillas y le planto un beso corto en los labios.

— Vamos querida, toma asiento.— besa mi mano y me lleva a la mesa.

Poco a poco la noche va transcurriendo al igual que la cena, llegó un punto en el que pedí una botella de tequila, desarrollé un gusto por ése licor gracias a él, aunque nunca paso de los cuatro shots.

Una hermosa melodía lenta capta nuestra atención.

— ¿Me concedes ésta pieza?.— le digo de pie extendiendo mi mano y la toma.

— Será un placer amada mía.— se pone de pie y bailamos lento lo miro a los ojos y me pierdo en ellos, estoy convencida de que él es el amor de mi vida, lo amo.

Me acomodo en su pecho y seguimos bailando hasta que la canción acaba.

— Eres una mujer increíble.— comienza a hablar y me aparto un poco de él para mirarlo mejor. — Hay días en que me pregunto, ¿Qué bueno habré hecho para merecer una segunda oportunidad? Y hasta el día de hoy no encuentro respuesta, pero tampoco es cómo la siga buscando, decidí que es mejor avanzar y disfrutar de los buenos y malos momentos.— con su mano aparta un mechón de cabello de mi cara. — Hoy entiendo que eres ésa persona con la  que quiero compartir mi vida.— quiero decirle que yo también lo deseo, lo anhelo con todo mi ser pero las palabras no salen de mi boca y mi corazón late a mil por hora, las mariposas en mi estómago se alborotan más cuando se pone de rodillas y saca una caja de terciopelo lila. — Cassandra Lang, definitivamente te quiero para compartir momentos inolvidables, quiero que seas tú y nadie más, por eso tengo el atrevimiento de pedirte, que me concedas el gran honor de convertirte en mi esposa. ¿Te casarías conmigo?.—