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— Que gusto verte hijo, ¿Cómo estuvo tu misión?.— pregunta con total calma.

— Lo mismo digo, ¿Qué hacen aquí?.— la pregunta que quiso hacer es ¿Cómo demonios encontraron mi hogar?.

— Sé lo que piensas, no necesito ser un telepata para saber que te preguntas el cómo.— se levanta de la cama y se acerca al pelinegro.

— Entonces sorprendeme, para empezar ¿Cómo encontraron mi hogar? Y para terminar ¿Qué chingados quieren? ¿No fué suficiente tenerme amenazado a mí y a lo que resta de mi familia?.—

— ¡No seas irrespetuoso!.— le suelta un puñetazo en la mandíbula. — Te dí una mejor opción, te pago más que lo que ganabas siendo un estúpido militar, me debes lo que tienes.— el chico está a punto de atacar pero es detenido por los demás al mismo tiempo que recargan sus armas y le apuntan.

— No no, a él no. A ella. Sophie házme un favor y llévate a la pequeña.— todos dirigen sus armas a la mujer que está amarrada.

— Ni se te ocurra tocarla hijo de puta.— el hombre se acerca y lo toma por el cuello.

— Necesitas un castigo ejemplar, quitarte la vida sería inútil, perdería a un gran elemento, pero arrebatarte aquello que tanto amas, ¡oh!, éso sí que sería demasiado bueno.— le dice para finalmente soltarlo.

— ¿Por qué haces esto?.— pregunta el pelinegro.

— ¿Creíste que no me iba a enterar? ¿Me querías ver la cara de pendejo?, Toda la mercancía que perdí, ¡tú!, ¡Tú tuviste la puta culpa!.— nuevamente el hombre suelta un golpe que aturde al pelinegro y hace que éste comience a sangrar del pómulo.

— Señor, ¿acabamos de una vez?.— pregunta uno de los matones.
...

— Ay mierda, Bishop, Luis está en problemas, debemos darnos prisa.— ambas chicas miran la escena de Luis siendo golpeado.

— ¡Bastardos!.—

— Hey tranquila, voy a bajar, necesito que limpies el área de la sala.—

— Okey pero date prisa... ay si ésta y sus salidas épicas por la ventana.— dice al ver que su novia ha saltado por la ventana.

Kate recuerda que tienes que calcular la caída de la bala, para éso son las marcas en el lente de zoom.— le comunica por el auricular.

—Okey. Bishop tú puedes hacerlo, es cómo tú arco pero con retroceso y más mortal.— se convence mentalmente y se prepara para realizar el primer tiro.
— Yelena dame un segundo tienes uno en la entrada principal.—

Yo me encargo, ocúpate de los de adentro.— le comunica Yelena acabando con la vida del vigía.

— No tengo a nadie en la sala pero tengo dos en la cocina, encárgate del de sudadera roja, yo pido al otro.— Kate espera un segundo y suspira.
Una bala perfecta en la cabeza acaba con el sujeto mientras que Yelena acaba en segundos con el otro.

Buen tiro Kate Bishop, me estás conquistando.— le dice entre risas.

— Espera, ¿no ya te tenía conquistada Yelena?.—

Pero me conquistas aún más. Concéntrate Bishop, dime qué ves.—

Es imposible entrar, ya no veo a nadie por los pasillos, pero dentro de la habitación de Luis hay cerca de quince sujetos, en unos momentos estoy contigo, entraremos las dos y acabaremos con ellos, y es una orden Yelena.— dicho ésto Kate imita la salida de Yelena y en cuestión de segundos aterriza, ésta vez tuvo que dejar su arco y cambiarlo por una Glock 17.

Siempre serás tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora