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Yelena.

- Ya no quiero ésta vida Hanna, es muy difícil estar sin ella.-

- Por favor Yelena apenas ha pasado una semana, no seas dramática y vamos a desayunar.- Hanna interrumpe mi momento de drama y le lanzo una mirada asesina.

- Hanna no dejas hacer dramas a gusto, extraño tanto a Kate, no es lo mismo platicar con ella por chat que tenerla en persona.-

- No, si la tuvieras aquí creeme que ya se hubieran ido a tu habitación a hacer sus cosas de pareja.- me dice y la miro ofendida.

- ¡Oye! No seas grosera.-

- Creo que fuí muy dura contigo, perdón Yel es que, tal vez necesito algo así de lindo como lo que tienes con Kate para ser feliz.- me dice con cara de tristeza.

- En mi defensa yo siempre te invito a tomar algo y me rechazas, y es lo que debes hacer Hanna, salir a buscar a un chico o chica.- le aconsejo y me mira.

- Creo que tienes razón Yel, aunque no sé cómo hacerlo, ¿Qué puedo contar? Que fuí una asesina entrenada en la habitación roja y que soy más letal que un asaltante con arma de fuego ¿O qué podría contarle sobre mí?.-

- Simplemente sé Hanna, la chica linda con la que platico, la chica demasiado afectiva y sonriente, nuestro pasado en ése lugar es algo que difícilmente vamos a poder ocultar, y por eso te recomiendo que te abras a la persona, únicamente si de verdad te gusta, si piensas que es la persona correcta.- le digo envolviendo su cuerpo en un abrazo que ella corresponde.

- Perdóname por la forma en que te hablé.-

- No pasa nada cariño, tranquila ¿Sí?, Y vamos a desayunar porque se ve muy rico ésto, luego vamos a comprar algo de ropa, necesito algo nuevo y tú también, así que hay que darnos prisa.- le digo y asiente.

El desayuno se nos pasa en silencio, sin duda falta la presencia de Kate, ella siempre saca temas de conversación o cualquier ocurrencia de su parte es buena también.

Terminamos de desayunar y vamos a nuestras respectivas habitaciones y nos damos una ducha.

Me visto con algo cómodo, unos jeans azul marino y un top blanco, y por si hace frío llevo una sudadera de Kate.

Salgo de mi habitación y a los pocos segundos baja Hanna quién lleva unos jeans negros y una sudadera oversize negra.

- ¿Me veo bien?.- pregunta pues nota que la quedo viendo.

- Si te ves bien.- le digo y le dedico una sonrisa.

- ¿Nos vamos?.- pregunta con una sonrisa en el rostro.

- Vámonos Hanna.- salimos y caminamos por las calles de Nueva York.

Llegamos al centro comercial y comenzamos a buscar ropa hasta que por fin nos decidimos por varias prendas y salimos del local, he tenido la sensación de que nos observan pero por más que intento buscar a la persona nunca la encuentro.

- ¿También lo sientes?.- pregunta Hanna mirando hacia atrás.

- ¿Te refieres a si también siento que alguien nos vigila?.- le pregunto y asiente.

- Ésto va a ser divertido.- dice Hanna provocando una carcajada de mi parte.

Tomamos un taxi y en cuanto llegamos dejamos las cosas y salimos nuevamente pero ya equipadas con las mordeduras y un arma de fuego.

- Caminaremos un poco y si sientes lo mismo me lo haces saber al igual que yo a tí.-

- Nuestro pasado será parte de nosotras por siempre.- suspira derrotada.

Siempre serás tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora