54.

239 26 11
                                    

Natasha (Alter).

Me acerco más a Wanda, su exquisito olor dulce me atrae, me hace querer quitarle la ropa y hacerle el amor toda la noche, pero, ¿Qué te detiene Romanoff?, No hay nadie en éste edificio, prácticamente nos hemos deshecho de todos, Clint se fué a tantear el terreno y básicamente estamos solas.

— Me encanta estar así contigo, pero me encantaría más hacerte mía de mil maneras.— le suelto sin más rodeos, me alejo un poco solo para mirar su expresión de shock.

— Nat, yo...—

— Shhh, no digas nada y déjame guiarte, ¿Sí Wanda?.—  asiente y contesta con un débil sí.

Tomo sus mejillas y me acerco muy lento a sus labios, ya estando demasiado cerca rozo mis labios con los suyos, ella intenta acercarse pero me alejo un poco, me acerco y me alejo un par de veces y entonces es cuando por fin nos besamos, no es para nada un beso tranquilo, podría decir que ella hay querido besarme desde hace tiempo por la manera en que lo hace.

De un momento a otro la cargo y ella enreda sus piernas en mi cintura y camino con ella hacia la cama y quedo encima de ella.

Rompemos el beso y nos miramos fijamente a los ojos, creo que leyó mi mente pues únicamente asintió cómo respuesta.

Bajo a su abdomen y comienzo a chupar y morder ésa zona mis manos van subiendo por su cuerpo al mismo tiempo que su camiseta.

— ¡Oigan!... ¡Carajo Nat!.—
La voz de Clint hace que nos separemos asustadas.

— ¡Clint! ¡Arruinaste el momento!.— le digo fastidiada.

— Lo siento pero tenemos trabajo que hacer, tenemos que irnos, nos reuniremos con nuestro ejército, ésto les va a gustar.— nos dice y nos lleva al puesto de control que instalamos an las entrañas de un bosque.

Llegamos al lugar y vemos a demasiados soldados y viudas no sé con cuántas personas contamos pero haciendo cálculos son cerca de quince mil.

— Muy bien, preparen todo, el tercer asalto está por comenzar.—

Comunico mientras veo a miles de soldados y viudas, también mercenarios que quieren acabar con lo vengadores, ésta vez vamos por todo.

Kate.

Okey, ya tengo más viales, ¿Dónde te los dejo?.— le pregunto a mi mami suegra Melina.

— Ponlos en fila querida, ya estoy por terminar de sintetizar otro lote, y con éste llevamos cerca de tres mil dosis.— me dice dónde ponerlos y suspiro.

— Algo me dice que vamos a necesitar mucho más que éso.— le digo derrotada pues hemos trabajado por horas con los viales.

— Lo sé cariño, pero tenemos que seguir haciendo más viales, ellas nos necesitan, bueno, por lo menos la mayoría.— le doy la razón en lo que dijo, la gran mayoría de las viudas están siendo controladas.

Algunas de ellas habían sido liberadas por Yelena y las demás, pero por desgracia cayeron nuevamente.

— Mamá, voy a llevar ésto con Sonia, te veo después Kate Bishop.—

— Claro Yel.— se acerca y me deja un pequeño beso en los labios.

Observo cómo mi novia se va pero antes se lleva las cajas con los viales.

— ¿Y cómo pasó Kate?.— me pregunta Melina y comienzo a sentir los nervios fluyendo en mí.

— ¿Se refiere a Yelena y a mí?.— respondo con una pregunta, ella gira para mirarme y no dice nada solo asiente.

Siempre serás tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora