Cap 20.

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Una gota de Whiskey salpicó, viajando por el aire a una gran velocidad para caer directo y con descaro sobre mi mejilla. Reí ante ello.

-¿Has visto eso?

Alcé la voz, tratando de lograr pronunciar con claridad aquellas palabras por consecuencia del conflictivo rechazo de mi lengua hacia la lucha contra la casi completa parálisis de este musculo.
Mónica me miró haciendo una mueca con sus falsos y regordetes labios rojos. ¿O acaso eran dos Mónicas?

-Hayls, linda, creo que deberías dejar eso ya.

Fruncí el ceño, totalmente disgustada por su comentario, mientras ella bajaba el cristal con alcohol de mis manos. Alejé la mía con rapidez, cuando sentí que estuvo a punto de quitármelo.

-¡No! -chillé, formando un puchero- ¡Déjame, quiero tomar!

Ella negó con su cabeza un par de veces, mordiendo su labio inferior.

-¿Qué es lo que te sucede? ¿Por qué estás así?

Ella se apoyó sobre la barra, cruzándose de brazos, mientras dejaba caer su cabeza sobre sus fuertes dedos.
Solté un bufido, mirándola.

-¿Qué..? -Expresé una risa- A mí no me pasa nada. Le pasa al estúpido de Billie Joe.

Mónica abrió ligeramente sus labios al escucharme tratar de expresarme como una persona normal, cuando le mencioné.
Otra risa se escapó de mis labios.

-¿Billie Joe? ¿Qué te hizo? ¿Ya están juntos?

Reí más fuerte.

-¿Juntos? -exclamé entre carcajadas- ¡Ni la palabra "juntos" puede estar junto a nosotros! ¡Por todo hay un pretexto o pelea! ¡Pelea, pelea, pelea! Bla, bla, bla...

Rodé los ojos y me arrepentí al instante de haberlo hecho, dado a que comencé a ver doble de nuevo.
Pero me las ingenié para beber otro trago más.
Mónica arrebató esta vez con éxito mi bebida, consiguiendo una mirada asesina de mi parte, y antes de poder reclamarle ello, abrió su boca;

-Debes dejar eso ya..-suspiró, enderezándose y buscando restregar la superficie con un trapo viejo- Arreglen sus cosas, la comunicación es esencial. Búscalo, y dile lo que piensas, y que él te diga lo que cree también.

Junté mis cejas, sintiendo mis ojos balancearse desde un punto a otro.

-¿Dices que vaya a buscarlo?

El borroso rostro de la chica se tornó confundido.

-Sí. Eso dije, ¿estás escuchando?

Presioné con mis dedos en el sólido a mi frente, dejando caer mi peso sobre estos, elevándome milagrosamente. Me levanté casi cayendo en el intento, y tomé dos billetes de mi bolsa, colocándolos sobre la barra.

-¡Bien, voy a buscarlo ahora!

Mónica separó sus labios con sorpresa, sacudiendo varias veces su cabeza negativamente, logrando que riera de nuevo.

-¡No, Hayls! ¡Ahora no, estás tan ebria!

La miré, haciendo un puchero y comenzando a alejarme hacia la salida con paso torpe. Ya había decidido con seguridad qué hacer.

-¡Buenas noches, Mónica... O lo que sea!


Me erguí frente a su puerta, suspirando. Mi cabeza estaba en todas partes. Y aún quería más alcohol.

Se suponía que hoy, Sábado, debía estar más que dormida sobre mi cama. Se suponía que debía estar descansando para los planes del domingo, salir con Taylor un rato, o cualquier otra cosa. Se suponía que debía estar en cualquier otra parte...

Interlude; She.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora