Cap 32.

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Curtie's Bar, Nueva York.
9:25 pm.

Echo mi melena hacia atrás, sintiendo en el proceso un poco de humedad colarse entre los mechones nacientes de mi nuca.
Hago una mueca ante la desagradable experiencia.
Odiaba el sudor, el calor... Cuando no era de forma divertida.

Tomo un mínimo espejo de mi cartera, y me observo en el vidrio para detallar mi reflejo. Todo estaba en orden; el maquillaje se mantenía tan oscuro como de costumbre, la piel blanca y lisa como poseía y las cejas se encontraban en perfecta posición.

Estaba lista, para otra noche aburrida en el bar.
Realmente preparada para quedarme hasta altas horas de la madrugada seduciendo a cualquier buen partido y tomando tragos gratis.
Una noche común y corriente, casual.

Hasta que lo veo. A él.

-Vaya...

Relamo mis labios, murmurando aquello para mí misma mientras lo recorro con mi mirada de pies a cabeza.
Llevaba su clásica ropa negra y despreocupado estilo de siempre, junto aquel cabello negro hacia todos lados, cubriéndole casi todo su rostro. En sus manos, portaba una gran cerveza a medio tomar, la cual dudaba que llegase a mantenerse a más de la mitad por la rapidez con que tragaba, se le notaba ansioso. Quiero saber porqué.
Hablaba con alguien, no se encontraba solo, creo que un rubio alto, con poco cabello en punta. Lástima.

Tantas noches tratando de encontrarlo aquí, justo en este lugar y ahora al fin lo consigo, pero con alguien más.
Claro que, al menos no era su novia. Aquella molesta chiquilla pelirroja desubicada. Idiota debía ser para desaprovechar una noche como esta para tenerlo bajo sus sábanas... Qué tonta, tan tonta...

... Entonces algo se me ocurre.

Tomo rápidamente mi teléfono celular y marco su número, sonriendo con malicia ante mi plan. Era algo tan clásico pero factible. Más a mi favor con los sucesos que esa pareja ha estado experimentando...

No debía fallar. Al menos que hubiese un buen pleito por varios días para aprovechar y tenerlo.

-¿Sí?

Muerdo mi mejilla interior, ansiosa. Lo observo a él, mientras la voz en la otra línea surge.

-Josh. Al fin ha llegado la hora.

Un segundo en silencio por su parte.

-Cuenta.

-Tengo un plan... -sonrío con malicia al repasar mi idea, sin despegar los ojos del ojos verdes- Y es perfecto.

-¿Qué debo hacer?

Cruzo mis piernas, curvando mis labios a la nada.

-Tú sólo ven ahora. Y trae al paquete completo. Esto será bueno.


Curtie's Bar, Nueva York.
9:30 pm.

-¡La puta madre, Tré! ¡Cállate!

Alzo la voz, golpeteando con el vidrio de mi bebida contra la barra, causando un gran sonido que hubiese alertado a los presentes, de no ser por el alto volumen de la música en aquel momento.

Sus ojos me enfocaron, haciendo una mueca de cansancio.

-Puedes quejarte todo lo que quieras. Te lo advertí.

Junto mis cejas, soltando un gruñido que se estanca en mi garganta, y tomo otro buen trago.

-Tenías razón... -murmuro, masticando con dificultad las palabras, pero por completo consciente aún- Tenías toda la maldita razón, soy un imbécil de mierda.

Interlude; She.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora