Saco las llaves de mi casa con algo de dificultad dado a lo ajustado de mis jeans, y balanceo dos de mis dedos dentro de mi bolsillo delantero para tratar de extraerlas. Suspiro al conseguirlo, y limpio las gotas de sudor tras mi flequillo con el dorso de mi manga, abriendo finalmente la puerta, y entro.
Suelto aire pesadamente, observando la sala de estar de mi hogar y muerdo mi labio inferior, aún saboreando su boca sobre la mía, sin dejar de temblar ante el recuerdo. Después de todo, parecía tan irreal lo que había ocurrido.
"Ahora eres mía, pelirroja... Completamente mía, Hayley".
Su rostro estaba sumido en humedad con sabor a sal y voz entrecortada debido a la falta del aire en sus pulmones. Tan sólo fui capaz de asentir y besarlo, besarlo hasta quedarme dormida sin querer dejar de probar la verdad en aquellas palabras. Pues ahora era de él, era totalmente suya.
Lo amaba, realmente lo amaba. Como a nada más, por sobretodas las cosas. Amaba a Billie Joe Armstrong, lo amaba sólo a él y definitivamente estaba segura de que iba a ser así, hasta que dejase de respirar. Lo amaba tanto como para querer su felicidad por encima de la mía.
Por eso decidí aquello. Él debía irse, realizarse y salvar al mundo con lo que mejor sabía hacer y que feliz lo hacía; música. Y yo no podía impedírselo, aún sabiendo muy bien que tenía un gran peso en su decisión, preferí empujarlo a lo que le haría bien.
Pero de algo estaba segura; No iba a separarme de él. De alguna u otra manera, nos veríamos de nuevo, y ésa vez será la definitiva.
Relamo mis labios, y me dispongo a caminar hacia mi habitación, para entrar al baño y darme una buena y relajante limpieza. Noto de nuevo un leve dolor en mi entrepierna al moverme y muerdo mi mejilla, sabía que esto pasaría, sólo que no con tanta intensidad.
Al menos eso me hacía recordar, lo endemoniadamente magnífico que había sido pertenecerle.
Mi teléfono suena, haciendo vibrar levemente la madera de mi mesa de noche y frunzo el ceño, dejando mi libreta a un lado en mi cama para estirar mi brazo y tomar dicho aparato.
No tengo que terminar de leer el nombre en la pantalla para casi con necesidad atender a la llamada.-¿Billie?
-Te has vuelto más loca de lo que creí si realmente pensaste que no iba y voy a buscarte.
Trago saliva, apoyando mi espalda al cabezal de la cama y echo mi cabeza hacia atrás con ligereza. Aún era increíble el poder tan grande de curación que tenía su voz sobre mí.
-Nunca lo pensé.
Percibo cómo exhala aire pesadamente al otro lado de la línea.
-Hayley, necesito verte. Necesito hablar. Sé que has hecho todo eso porque crees que es lo mejor pero, nena, aún no me he ido. Necesito tenerte aquí.
Dejo escapar un suspiro ante el tono con que hablaba, como si quisiera calmarse a él mismo.
Diablos, en serio lo amaba.-Quiero verte. Ahora.
Digo en un hilo de voz casi suplicante, y Billie sonríe, o al menos eso sentí.
Su respuesta llega casi como un reflejo.-Te espero en el Parque Central. Ya mismo.
Muerdo mi labio inferior, buscando con mi vista su silueta a mis alrededores. Sin éxito.
Me encontraba cruzada de brazos, y acariciando mi labio inferior con mi pulgar en un gesto de ansiedad, como siempre acostumbraba a hacer, justo al lado de un puesto de algodones de azúcar casi vacío.
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Interlude; She.
Fanfiction"El que haya dicho que el amor es complicado, se ha equivocado como la mierda. El amor es el simple jodido sentimiento correspondido por el otro, es ser feliz con eso. ¿Lo complicado? Nosotros, y nuestro maldito masoquismo de escoger a quien jamás...