Cap 38.

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-¿A dónde me llevas...?

Pregunto con dificultad, mientras él busca abrir una puerta detrás de mí, sin despegar sus labios de mi cuello para succionar un poco de la piel de éste, ahora en la segunda planta.

Billie jadea un momento, murmurando algo que al inicio no logré descifrar.

-...Serás la primera, pelirroja.

Comenta con voz ronca y pienso en responderle de alguna manera, pero entonces siento sus dientes encajarse con ansias y aprisionar mi piel, dejándome sin habla y boquiabierta.

Comenzaba a sufrir de mi desesperación. Lo necesitaba tanto. Necesitaba de él. Lo necesitaba y al fin estaba dispuesta. Ahora.

Siento mi cuerpo ser empujado hacia atrás, y gracias al cambio de color en el entorno y dado a la poca iluminación, reparo en que finalmente nos hemos trasladado a otro lugar. Su habitación.

Sus manos comienzan a descender hasta mis muslos, y por instinto subo mis piernas hasta su cintura, enredándolas en la misma cuando Billie me toma, sujetando mi cuerpo y peso, al enrededar sus manos entre mi trasero. Inclino mis caderas hacia él y se escapa un gemido.
Al principio no estaba segura de quien lo había proferido, pero al notar la falta de aire en mis pulmones me di cuenta de que yo había sido la culpable de aquel sonoro susurro.
Sin embargo, Billie pareció reaccionar de la misma manera, provocando que un gruñido decidiera salir de su garganta.

Noto cómo algo parece presionar con fuerzas el espacio entre mis muslos interiores y jadeo con mayor angustia. Su deseo por mí iba mucho más allá de la tela de sus pantalones, ahora lo verificaba.

-Por favor...

Busco suplicar con voz ahogada sin poder abrir mis ojos, pero antes de que pudiese terminar dicha oración, me sorprendo al observar cómo de pronto todo parece tornarse borroso, y la imagen se vuelve en un movimiento demasiado rápido que desciende, haciendo ilusión a que me volvía cada vez más y más pequeña. Pero al segundo caigo sobre su colchón, y abro mis ojos de golpe, buscando controlar el vacío en mi estómago ante aquel abrupto gesto.

Detecto dos objetos hacer presión contra mis caderas, y fijo mi vista en él, mirando cómo desabrochaba sus jeans con sus rodillas a cada lado de mi cuerpo. Su pecho subía y bajaba con mayor velocidad, y puedo visualizar un poco de humedad formarse en los pocos espacios libres de piel que tenía en su frente, bajo aquella espesa capa de melena negra que se cernía sobre ésta.
Muerdo mi labio inferior, disfrutando de la rapidez con que sus dedos bajaban el cierre de su prenda en un fuerte tirón.
Y lo logra.

Billie alza su mirada, enfocándome con un verde ahora más intenso que cualquier ocasión anterior y pasa su lengua por su boca, acercándose casi en un pestañeo hacia mí.
Su boca busca la mía, y la recibo gustosa, encontrándome con un beso lleno de lujuria y necesidad.
Llevo mis manos hasta su espalda, tomando trazos de tela y jalando la misma como si pudiese retirarla de alguna u otra manera, como si pudiese calmar mi desesperación de alguna u otra forma.
Es entonces cuando lo siento arquearse en una gran curva, y por efecto de esto, su miembro choca contra mis caderas con intensidad, aún bajo la fina capa de vestimenta.

Suelto un agudo gemido, perdiendo la paciencia y tomo la inciativa para con un torpe pero veloz movimiento, dejarlo debajo de mí.

Detallo su imagen unos segundos y muerdo esta vez con más fuerza mi labio, deleitándome con lo que presenciaba.
Llevo mis manos hasta su camiseta, retirando la misma con algo de brusquedad y dejo que mis piernas rodeen sus caderas, para luego deshacerme de la mía. Los ojos de Billie se pierden momentáneamente entre mi par, y sonrío ante la atención.

Interlude; She.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora