Cap 42.

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Sujeto su mano con fuerzas mientras soy arrastrada a sus espaldas por sus dedos, estrictamente enredados entre los míos, en un caminar lleno de total protección hacia mí. Billie busca guiarme a través de las inmensas paredes blancas que formaban pasillos extensos, junto al terrible olor a medicina y máquinas, finalmente en el hospital. Muerdo con suavidad mi labio inferior, logrando echar un vistazo a un costado suyo, notando la oficina abierta del "Centro de Ayuda e Información" cada vez más cercano a nosotros, y no puedo evitar sentir una oleada de nervios arder en mi estómago y pecho.

-Buenas noches, jóvenes. ¿En qué puedo servirles?

La mujer de blanco y lentes, junto a una coleta perfectamente hecha en su cabeza, nos mira por encima de sus cristales y deja sus manos sobre las teclas de su computador. Trago saliva con ligereza y observo un segundo a Billie, quien mantiene su vista en aquella mujer, moldeando su boca en una mueca de duda por unos segundos.

-Necesitamos de inmediato un...-Calla unos instantes, juntando levemente sus gruesas cejas. Entonces me mira- ¿Cómo demonios se le llama a eso para saber si estás embarazada, pelirroja?

Aclaro mi garganta un momento, abriendo mis temblorosos labios para responder a su pregunta, pero la voz de aquella mujer me interrumpe, ahorrándome el trabajo.

-Un examen de sangre primero...-Ella habla con algo de cansancio, volviendo sus ojos a su computadora y teclea con ganas y rapidez- Es arriba, en el consultorio del Dr. Thomas, pero me temo que está ocupado. ¿Quiere que le aparte una cita?

Suelto un suspiro ante aquella fatal respuesta y paso mi mano libre por debajo de mi flequillo, frotando mi frente con angustia. Dirijo mi mirada hacia la del chico a mi lado y detecto cómo presiona sus dedos transformándolos en puños, tensando sus labios con aparente gran intensidad. Estaba comenzando a molestarse.

-No, muchas gracias. Necesitamos ese examen de mierda ahora mismo.

-Examen de sangre, señor.-Responde ella, arrugando un momento su nariz- Y no será posible esta noche. Quizás mañana por la mañana pueda volver y con gusto le atenderemos...

Billie suelta un gran suspiro, cerrando sus ojos unos instantes y entonces me suelta, alzando su vista hacia la mujer frente a nosotros, y apoya ambos codos sobre la superficie, sonriendo con picardía y... coqueteo.
Me cruzo de brazos de inmediato, frunciendo el ceño mientras presenciaba aquella escena, unos pasos detrás.

-Sí, entiendo perfectamente, preciosa, y realmente agradezco su ayuda. La cosa es, que me es urgente saberlo. Verás, y con todo respeto, mi hermana menor está bastante preocupada. Ha cometido algún pequeño error con su novio y ahora necesitamos saber si tiene un bebé de él. El tipo es un idiota y nuestros padres estrictamente correctos, y simplemente no puedo dejarla sola en esto. Y realmente me rehúso a creer, que una magnífica dama como usted, siendo mujer al igual que ella, no pueda ayudarnos en esto. Es lo único que tengo y quiero de verdad. Por favor, ayúdeme en esto.

Reprimo mis labios de caer separados con sorpresa, y me limito a abrir sutilmente mis ojos sin creerme aquello, mientras la mujer baja sus hombros relajándolos, y casi me parece ver una sonrisa querer escaparse de su rostro, observando a Billie con una especie de brillo en su mirar. Algo dentro de mí quiere salir y alejarlo de ella, pero simplemente no puedo moverme.

-Está en su oficina en el segundo piso, pasillo B, puerta número 7. Pero no digas absolutamente nada. Miente y di que tenían cita y que por error olvidé anotarlos.
Billie sonríe con satisfacción, manteniendo su vista puesta en aquella extraña y pestañeo varias veces, atónita ante aquel comentario. ¡Lo había conseguido! ¡Y encima ha hecho que ella misma termine culpándose falsamente!

Interlude; She.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora