Cap 27.

326 24 2
                                    

Cerré la puerta detrás de mí, enviándole una mirada de disculpas a los presentes que observaban lo que había sucedido hace segundos en aquel estudio.
Me di la vuelta, detallando a un Billie Joe caminando por aquel pasillo, alejándose con rapidez. Apresuré el paso para seguirle.

-Billie...

Estiré una de mis manos para tocar su hombro y encararlo, pero no fue necesario.
Antes de si quiera hacerlo, Billie había girado sobre sus talones, e impulsando su puño con fuerza, golpeó haciendo estruendo, la pared de aquel estrecho camino.
Di dos pasos hacia atrás por instinto, un poco asustada.

-¡Joder, Hayley! ¿¡Cuándo mierdas ibas a decirme que ése imbécil está en tu banda!?

Tragué saliva, bajando mi vista hacia mis manos, mientras jugueteaba con mis dedos, nerviosa.

-Pensé...-dije con un hilo de voz-.. Pensé que ya te habías dado cuenta.

-¿¡Qué!? -sentí su mirada sobre la mía, pero no fui capaz de corresponderla- Maldición, ¿¡crees que si lo hubiese sabido habría estado tan tranquilo en estos jodidos días!? ¡Ni si quiera me había dado cuenta y tú tampoco lo habías mencionado, Hayley!

Escuché el mismo ruido contra la pared de nuevo, sólo que esta vez no tan fuerte. Di un respingo, bajando más la mirada.

-Lo lamento, sé que debí mencionarlo, es sólo... No se presentó nunca la oportunidad.

-¿Oportunidad? ¡Joder, Hayley, las malditas oportunidades no van a aparecer así de la nada! ¡Tú debes hacer que aparezcan!

Sentí el ardor comenzar a formarse en mis ojos, y los cerré con ansias para evitar que cayesen las gotas amenazantes de llanto.

-Billie, yo...

-Ya qué.

Dijo él al notar que quedaba sin palabras. Solté un bufido con pesar.

-Lo siento, lo siento, Billie.

Murmuré con voz quebrada, y creí detectar un suspiro pesado escapándose de sus labios. Lo vi relajar sus hombros, de reojo.

-Joder, preciosa, no...-Su voz esta vez fue suave, y sentí sus brazos envolverme. Oculté mi rostro entre su pecho, cerrando mis ojos- No, mierda... Sólo, la próxima vez dime todo lo que deba saber.

Asentí, inhalando el olor de su perfume, un poco más calmada.

-Lo lamento, en serio. No te enojes conmigo.

Dije, y éste tomó mi barbilla, para que nuestros ojos se cruzaran. Miré los suyos, sintiendo las ansias de perderme en aquel verde, crecer entre mi pecho.

-No puedo enojarme contigo, pelirroja. La última vez que lo hice, terminé odiándome a mí mismo.

Esbocé una ligera sonrisa, llevando una de mis manos hasta su mejilla.

-Gracias...-agregué a sus ojos- Por defenderme.

Él negó con su cabeza, tornando su semblante un tanto tenso de nuevo.

-Ese maldito no sabe con quién mierdas está hablando y de quién. Debe agradecer él, que estuviesen Paul y ése amigo tuyo para retenerme, o no sé qué hubiese ocurrido.

-Pero nada pasó...-Acaricié su cabellera oscura esta vez, buscando que no se alterada de nuevo. Sonreí- Y así está bien, Billie. Ya pasó, ¿vale? Todo, no lo quiero a él. Te quiero a ti, y por eso estoy contigo. Olvídalo a él, no significa nada.

Hablé, buscando que aquellas palabras quedaran en su mente.
Su pulgar acarició mi labio inferior, haciéndome delirar unos segundos.

-Hayley...

Interlude; She.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora