Siempre le tienen que pasar cosas así. Habían dejado a Sebastian en la biblioteca, solo y atado, con sogas y runas que su propia hermana trazo. Solo quedo ella, lo miraba desde la misma esquina donde estuvo todo el interrogatorio, del cual no descubrieron nada nuevo.
—No estás muerto. — se atrevió a hablar después de unos minutos, a pesar de que este estaba con los ojos cerrados, sino fuera por el movimiento de su pecho diría que estaba muerto.
—Por lo visto no me mataste bien. — dijo como si comentara que el cielo es azul, seguía con los ojos cerrados.
— ¿Dónde estuviste? — preguntó y se acerco unos pasos más.
—Jamás te lo diría. — auch, eso dolió, aunque ya se lo esperaba. — ¿Por qué no te vas? — y esta vez sí abrió los ojos, la miro y Nina se estremeció.
—Lo lamento. — fue todo lo dijo antes de darse media vuelta para irse, tal como él quería.
— ¿Por qué?
—Por todo. — se detuvo un momento para ver encima de su hombro y siguió su camino.
—Esta semana fue un completo desastre. — a Nina ni se le ocurriría llevarle la contraria a Lilly, mas ahora que tiene toda la razón, aunque no por las mismas razones que ella, desde luego.
—¿Qué sucedió esta vez? — pregunto bajando el libro que estaba leyendo.
—Mi padre quiere que regrese a Texas. — con eso basto para entenderla. — Vio las fotos que hice para la sesión y la pasarela de la semana pasada, sobra decir que casi le da un infarto.
—Eres su hija, es lógico que se disguste. — Nina se abstuvo de comentar que a cualquier padre le daría un infarto si viera a su hija posar para una provocativa sesión fotográfica. — Ya se le pasara.
—Eso espero, no quiero regresar a Texas. — hizo un puchero. — Sobre todo ahora que las cosas se ponen divertidas.
—Yo no usuaria el verbo "divertir" para definir la situación actual. — replico Nina torciendo el gesto. — Pero bueno, realmente no se definir la situación, así que...
—Vamos a salir. — interrumpió Lilly. — Nos divertiremos y trataremos de olvidar la situación, me dijeron de un lugar muy sonado en Nueva York. No podemos perder esta oportunidad.
—Una noche no hará daño.
— ¡Así se habla! — exclamo la reciente pelinegra. — Es hora del peinado y maquillaje. — dijo dando saltitos.
Gimió, eso le pasa por decirle que si a su amiga.
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Cazadores de Sombras: Ciudad de Luces (2° parte)
FanfictionSinopsis (Secuela) Si hace dos años le hubieran dicho a Nina Sawyer, que los mismos Cazadores de Sombras que casi la envían al exilio, estarían en el umbral de su casa solicitando su ayuda no lo... Bueno, pensándolo bien no podría evitar el famoso:...