Capítulo 18

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Siempre le tienen que pasar cosas así. Habían dejado a Sebastian en la biblioteca, solo y atado, con sogas y runas que su propia hermana trazo. Solo quedo ella, lo miraba desde la misma esquina donde estuvo todo el interrogatorio, del cual no descubrieron nada nuevo. 

—No estás muerto. — se atrevió a hablar después de unos minutos, a pesar de que este estaba con los ojos cerrados, sino fuera por el movimiento de su pecho diría que estaba muerto.

—Por lo visto no me mataste bien. — dijo como si comentara que el cielo es azul, seguía con los ojos cerrados.

— ¿Dónde estuviste? — preguntó y se acerco unos pasos más.

—Jamás te lo diría. — auch, eso dolió, aunque ya se lo esperaba. — ¿Por qué no te vas? — y esta vez sí abrió los ojos, la miro y Nina se estremeció.

—Lo lamento. — fue todo lo dijo antes de darse media vuelta para irse, tal como él quería.

— ¿Por qué?

—Por todo. — se detuvo un momento para ver encima de su hombro y siguió su camino.

—Esta semana fue un completo desastre. — a Nina ni se le ocurriría llevarle la contraria a Lilly, mas ahora que tiene toda la razón, aunque no por las mismas razones que ella, desde luego.

—¿Qué sucedió esta vez? — pregunto bajando el libro que estaba leyendo.

—Mi padre quiere que regrese a Texas. — con eso basto para entenderla. — Vio las fotos que hice para la sesión y la pasarela de la semana pasada, sobra decir que casi le da un infarto.

—Eres su hija, es lógico que se disguste. — Nina se abstuvo de comentar que a cualquier padre le daría un infarto si viera a su hija posar para una provocativa sesión fotográfica. — Ya se le pasara.

—Eso espero, no quiero regresar a Texas. — hizo un puchero. — Sobre todo ahora que las cosas se ponen divertidas.

—Yo no usuaria el verbo "divertir" para definir la situación actual. — replico Nina torciendo el gesto. — Pero bueno, realmente no se definir la situación, así que...

—Vamos a salir. — interrumpió Lilly. — Nos divertiremos y trataremos de olvidar la situación, me dijeron de un lugar muy sonado en Nueva York. No podemos perder esta oportunidad.

—Una noche no hará daño.

— ¡Así se habla! — exclamo la reciente pelinegra. — Es hora del peinado y maquillaje. — dijo dando saltitos.

Gimió, eso le pasa por decirle que si a su amiga. 

Cazadores de Sombras: Ciudad de Luces (2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora