Capítulo 27

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Hola de nuevo, muchas gracias por los votos, lecturas y demás cosas, como y estoy libre de universidad por los próximos dos meses probablemente actualizare mas seguido. 

Aún con eso, tienen que saber que el fic esta llegando a su fin. Para los que se preocupen, todavía faltan varios capítulos, solo me queda preguntarles: ¿Creen que deba seguir con otra parte? Porque al paso que voy, sinceramente no se como rayos sera el final. En fin, ojalá se animen a comentar. 

Ya sin mas, les dejo el siguiente capítulo. Disfrútenlo.

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—Cúbreme, voy por el de la izquierda. — le dijo la rubia a Jace sin darle tiempo siquiera de contradecirla, se supone que él es adulto responsable y experimentado, es decir, su opinión vale más por el simple hecho de ser el.

¿Entonces por qué le seguía haciendo caso?

Una sombra se aproximó hacia él, invoco los dos cuchillos serafín que sostenía en cada mano, y se apresuro a destruirlas. Las atravesó como si de humo se tratara, no paso absolutamente nada. Ni llamas o icor, cuando una sombra lo alcanzo su toque quemo.

¿Qué rayos eran?

La camioneta daba sacudidas cada vez que un motociclista se estrellaba contra esta. Era difícil mantener el equilibrio sobre un auto en movimiento, sobre todo porque la amiga de Nina maneja como loca.

— ¡Nina! — el grito de Jace resonó cuando vio como la rubia se arrojaba sobre uno de los motociclistas y aterrizaba sin mucha precaución sobre la espalda de este, ambos cayeron al suelo. — ¡Por el Ángel!

— ¡No vengas! — le grito la rubia antes de que Jace siquiera se moviera. — ¡Yo me las arreglare!

E increíblemente, confió en ella.



El golpe le dolió, aunque el conductor se llevo la peor parte, a pesar de llevar casco. Se levanto lo más rápido que pudo y se monto en la motocicleta antes de que su perseguidor reaccionara, por suerte el vehículo funcionaba. Arranco dejando a los curiosos que la veían saltarse un montón de reglas de conducción, bueno no importaba, de todos modos.

Condujo entre los autos, se paso los rojos y se gano unos coloridos insultos, aun con todo eso logro alcanzar el auto de Lilly. Esta seguía manejando, Clary estaba luchando con algunas de esas sombras junto con Jace en el techo del auto y Alec disparando sin piedad flechas a las llantas de los nuevos motociclistas que los perseguían, ¿De dónde rayos salían tantos? No tuvo tiempo de pensarlo, con toda la estupidez que fue capaz de reunir, se lanzo con todas sus fuerzas hacia el motociclistas más cercano. El golpe le sorprendió, aun así su oponente dio pelea hasta que la rubia le golpe su nariz con el codo y este cayo.

Otro menos.

Regreso al techo dejando que la motocicleta — un hermoso vehículo — se estrellase contra el suelo.

—Queman. — fue lo primero que dijo Jace cuando se planto firmemente en el techo, o lo más firme que podía con Lilly manejando.

El brazo de Jace mostraba una ligera quemadura, no tenía una forma en particular y eso ya es más preocupante en sí. No son demonios o ángeles, muchos menos subterráneos. Entonces, ¿Cómo combatir algo incorpóreo? Tenía que ser una broma. Entonces recordó cuando salió a correr aquella madrugada al Central Park, toco la sombra y se alejo; bien, es momento de comprobarlo.

La camioneta se dio una sacudida cuando Lilly derrapo en el suelo, Clary cayó y Nina no pensó en absolutamente nada más que atraparla, suerte que la pelirroja no era muy alta y pesada, pudo traerla de vuelta hacia el techo.

—Gracias.

—Aun no agradezcas nada. — musito viendo directamente cuatro sombras mas.

Sus músculos se tensaron sabiendo lo que iba a venir, realmente esperaba que funcionara. Las runas en los cuerpos de las dos personas que la acompañan en ese techo, parecían no tener efecto. Eso es malo en muchos sentidos.

Es ahora o nunca. Actuó por instinto cuando la primera sombra se acerco a ellos, su mano choco contra esta, la misma textura sólida y tras una luz desapareció. Vaya, funcionó.

— ¿Cómo...? — empezó a preguntar Clary justo cuando una sombra se cernía sobre ella.

Nina se quedo pasmada por un instante. Todo fue muy rápido. Clary desenfundo su espada y con un rápido movimiento corto a través de la silueta desdibujada de la sombra, esta brillo y se desintegro, justo como lo que hizo Nina.

—Eso fue...

— ¡Mierda! — el grito de Lilly rompió el instante de consternación de los tres pasajeros de arriba.

El golpe fue tal todos salieron disparados hacia adelante, Nina vio como Lilly salió disparada a través del cristal delantero y como Jace protegía a Clary rodeándola con sus brazos para amortiguar el golpe. Nina giro el anillo que colgaba de su cuello gracias a la cadena y desapareció en el aire.

—Nina. — oía como alguien le llamaba, pero no supo reconocer la voz. — Nina, despierta, por favor. — volvieron a hablarle, esta vez sí reconoció la voz, su hermano.

—Enano. — gimió.

—Cielo, no puedes estar aquí. — esa voz no la reconoció, era de mujer, pero nadie que reconociera.

—Ella, me hablo. — quiso sonreír, siempre tan terco.

— ¿Nina? — gimió nuevamente e intento abrir los ojos, le dolía todo, hasta las uñas. — Vuelvo enseguida. — unos pasos alejándose.

—Perdón, Nina. — se disculpo Ian, ¿por qué? — prometo no comportarme más como un bebe.

Quiso reírse, pero incluso eso le dolía.

Cazadores de Sombras: Ciudad de Luces (2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora