Capítulo 36

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Hola de nuevo, hace días que no abro mi cuenta de Wattpad, así que me sorprendí de ver que varias personas me han agregado a su lista de lectura, ademas de otras tantas que han votado por los fics, dije: "Tengo que actualizar". Mil gracias a todas aquellas personas que se dan el tiempo de leerme, comentar y votar, igual que a los lectores silenciosos. 

Como he mencionado antes, esta historia esta por terminar, tengo mis dudas sobre si habrá otra parte o alguna especie de spin-off, no lo se, pero si tienen ideas son bien recibidas.

En fin, ojalá les guste el capítulo. 

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No fue como los besos de película al estilo de Hollywood, podría decirse que incluso fue torpe. Nina ni siquiera lo pensó y se sentó a ahorcadas en las piernas de su extraña compañía, y Jonathan no hizo absolutamente nada para detenerla.

Los labios finos de la rubia chocaron contra los suyos, ni en sus mejores sueños se imagino que la chica que sentada sobre el pudiera atreverse a hacer tal cosa como besarlo, usualmente él no besaba chicas como juego previo, solo para llegar a un fin.

Tomo un puñado de cabello de Nina y tiro con fuerza, no para sacársela de encima, sino para todo lo contrario. Si alguien iba a marcar el ritmo, sería él. La falta de inexperiencia en Nina era palpable, o quizás fuera demasiado tímida, lo cual no era el caso, en absoluto. No se quejo, más bien lo disfruto, casi tanto como él, aunque jamás lo admitiría en voz alta.

And it's hard to dance with a devil on your back — pronuncio Nina en un susurro casi inconscientemente.

Casi fue la palabra clave del momento. Ninguno dijo nada, permaneciendo en la misma posición, los ojos azules de Nina escrutaban el rostro de Sebastian buscando alguna emoción, y no tuvo éxito.

— ¿Qué se supone que pasará ahora? — pregunto Nina después de unos minutos. — ¿Será como en los libros y la atracción crecerá hasta...?

—Mejor cállate. — e increíblemente esta vez fue el nefilim quien la beso.

Ambos se dejaron llevar, sin pensar en el futuro o las consecuencias, eso era lo que querían, y en ese justo instante era la único que importaba.

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—Todavía tenemos tiempo de ir a ayudarles. — dijo Ian a la pequeña bruja que comía chocolate.

—Lo siento, niño. Deberías alegrarte, probablemente nadie regresara vivo. — dijo Valerie con total naturalidad mordiendo su barra de chocolate.

Ian palideció por esta declaración.

— ¿Y no quieres ir a ayudarles?

—No quiero enojar a mi padre. — su voz sonó seria, algo raro en ella.

— ¿Quién es tu papá? — pregunto el pequeño rubio curioso, se sentó al lado de ella en el suelo y esta le compartió un poco de su chocolate, Ian estuvo feliz por eso. Necesitaba algo dulce.

—El Príncipe del Infierno. — respondió en automático. — Ya sabes, manda allá abajo. — señalo hacia abajo con su barbilla. — Por lo menos una parte.

—Mi papá es abogado. — dijo Ian encogiéndose de hombros. — ¿Le tienes miedo a tu papá?

—Todos le tememos a algo. — fue la respuesta de la bruja, siguió comiendo su chocolate como si nada.

—También puedes hacer magia. — afirmo Ian.

—Sí, aunque trato de no usarla.

—Oh, bueno. Yo creo que es genial. — el rubio se encogió de hombros. — ¿En serio crees que todos morirán?

—Tal vez. — suspiro la bruja. — Tu hermana tiene muchos problemas.

—Sí, pero siempre sale de ellos. Van a regresar y comeremos un montón de pastel, y Nina me llevara a México para conocer las pirámides.

Esas no eran simples palabras. La promesa vehemente en ellas sorprendió a Valerie; su padre le había enviado un mensaje que jamás fue recibido, nadie sabía nada más que ella y... podía cambiar vidas. Sin embargo esa decisión no dependía de ella.

—Andando, es hora de alcanzar a los demás. — dijo con determinación mientras se ponía de pie y le tendía la mano a Ian para que se levantara. — ¿Sabes manejar alguna de esas armas? — señalo Valerie la mesita donde estaban estas.

—No. — respondió Ian sonriendo, exactamente la misma sonrisa de su hermana cuando tenía un plan. — Se algo mejor.


Cazadores de Sombras: Ciudad de Luces (2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora