Capítulo 45

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Hola, primero que nada muchas gracias por todos sus votos y comentarios en estos días, se siente súper bien ver el apoyo que le han dado a ambos fics, como no tenía internet me era difícil revisar mis notificaciones, pero cuando pude revisar mi cuenta me sorprendió ver que había comentarios, votos y seguidores nuevos.

Muchas gracias a todos, este capítulo va dedicado a ustedes, espero que les guste. Ya casi es el final, y no estoy segura de querer continuar una tercera parte, o hacer una especie de spin-off,en fin, ¿Qué opinan de esta idea? Cuando lean el epílogo me dicen ;)

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A Nina le dolía hasta el cabello, pero no se quejó cuando su familia la abrazo con fuerza. Estuvieron a punto de perder una hija, era comprensible.

—No quiero lágrimas, ya he tenido suficientes por un largo tiempo. — suspiro Nina cuando vio a su padre limpiarse unas cuentas.

—Este lugar es genial, no creí que pudiera existir. — con las palabras de Ian, Nina se relajó, necesita su cuota de pensamientos infantiles, y su hermano de diez años era el ideal para el trabajo. — Luego el tipo de cabello blanco nos empujó a Clary y a mí por una cosa de colores y terminamos en un estanque.

— ¿Estanque? — preguntó Nina sonriendo levemente. — Me alegro de que aprendieras a nadar.

—No pensé que fuera a servirme algún día. — admitió en voz baja. — ¿Todo está bien ahora, verdad?

Nina observo a sus padres brevemente, aún tenían muchas cosas que explicarle, pero ya no sentía el peso del mundo sobre sus hombros. Aunque se sintiera como si hubiese ido y regresado al infierno — y seguro que lucía peor — las cosas estaban cayendo en su lugar; cuando saliera del Instituto no miraría atrás, solo se iría, sin advertencias ni nada por el estilo.

—Creo que sí. — respondió a la pregunta de su hermano. — Necesito salir de aquí y comer unos tacos.

Su familia rio con ella. Si, ahora todo parecía estar bien.


Había convencido a sus padres y su hermano de que se fueran a descansar de vuelta a casa. Vanessa y Valerie los acompañaron, por lo menos sabría que ellas serian agradables con ellos, eso le quito un peso de encima.

Miro la marca negra dibujada en su abdomen preguntándose quien rayos se la dibujo, no recordaba mucho de lo que sucedió antes de caer en la inconciencia, siendo sincera tampoco después de despertar. Soltó un largo suspiro, como si con eso se pudiese librar de lo que paso en los últimos días.

Decidió irse de vacaciones, llevaría a su hermano a ver las pirámides y les pagaría un crucero a sus padres, regresaría a la universidad para terminar la carrera de enfermería y lo que se le ocurriera en el camino.

Claro, que sus pensamientos eran demasiado buenos, por eso alguien decidió reventar su burbuja. El buen calvo de Edward fue el elegido para esto. Sí, no podía ser de otra forma.

— ¿Viene a agradecerme? — fue lo primero que salió de la boca de Nina cuando vio al Inquisidor. No quería perder la costumbre de molestarlo. — Al parecer morí por ustedes, es lo mínimo que puede hacer.

El calvo solo le hizo una seña con la cabeza para que lo siguiera, por supuesto que como el caballero que no era, ni se molestó en ayudarle en salir de la cama; todavía estaba adolorida de pies a cabeza, aunque en su mente se repitiera que pudo ser peor.

Entraron a la oficina-biblioteca que servía de reuniones para ocasiones como esta, Jace y Clary estaban de pie detrás del escritorio sostenido por ángeles de piedra, en su mente se reprodujo una imagen que envió escalofríos por su columna.

Cazadores de Sombras: Ciudad de Luces (2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora