Capítulo 39

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Hola de nuevo. 

Casi dos semanas sin actualizar y me lleve una gran sorpresa al abrir mi cuenta nuevamente. La primera parte del fanfic tiene ya mas de 15 K, eso me dejo sorprendida y feliz. Así que me dije: "¿Por qué actualizar la semana que entra si puedo hacerlo hoy?" Me siento feliz por los comentarios y votos que dejaron, ademas de los nuevos seguidores.

Como siempre muchas gracias a todas esas personas que se dan el tiempo de leer lo que escribo, a los que comentan y votan, un especial abrazo. 

La primera parte esta en PDF, les dejo el link por si quieren descargarlo: 

https://mega.nz/#!esIzQTIJ!R9XSfh3G3WQd060N7YwEdyujNShAWKBZk_sllZKPcqQ

Bueno, ya falta poco para que el fic se termine, quizá otros dos capítulos mas y el epílogo.

Sin mas dejo que lean. Ya saben, si votan y comentan no me enojo ;)

Ojala les guste. 

P.D. La música que me inspiro en este capítulo esta en el vídeo de arriba.


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Nina se negó a creer lo que sus ojos veían, tenía que ser una mentira; que el mundo sucumbiera en menos de cien años fruto de la contaminación podía con ello, pero ver el mundo reducido a cenizas... parecía una película con temática post-apocalíptica.

— ¿Qué quiere de mí? — le pregunto sin titubear al hombre que se dedicó a rebajar todas sus explicaciones desde que era niña, ahora no tenía duda alguna de quien estaba detrás de ella.

— ¿Aún no lo sabes Mädchen? — esta vez no logro retener el escalofrió, odiaba cuando la nombraba de ese modo. Nunca se sintió correcto. Ni en alemán, ni en cualquier otro idioma. — A estas alturas, me sorprende que todavía no lo sepas.

— ¿Qué tendría que saber? — preguntó temerosa de la respuesta. El incómodo vestido rojo estaba apretado, maldito corset, a quien dijo que era sexy conocería su puño. — Pueden ser muchas cosas como la paz mundial o la homofobia.

—No has cambiado nada en absoluto, Mädchen. – comento Strauss con humor mientras cogió una copa con vino blanco de la mesita a su lado. — Siempre fuiste un peligro para todo; es como si hubieses sabido todo y lo quisieras evitar a toda costa.

—Quizá esté haciendo eso. — murmuro Nina para sí, sopesando utilizar sus altísimos zapatos como armas. — No estoy loca.

—Lo sé. — le respondió el hombre con tranquilidad dándole la espalda. — Tus padres son otra historia, Mädchen. Ellos estaban tan empeñados en negar su realidad, que hubiesen creído cualquier cosa que saliera de mi boca.

—No te metas con mi familia. — ese siempre había sido el punto de sensible de Nina: las personas que quería. — Ellos...

—Ellos estuvieron a punto de enviarte a un psiquiátrico, Mädchen. Yo solo lo sugerí, y aceptaron de inmediato.

— ¡Callate! — evito con fuerza la acción de llevarse las manos a sus oído para no seguir escuchándole.

Mädchen...

¡Ya deja de llamarme así! — exclamó con fuerza.

Y lo que sucedió a continuación fue... alucinante. Todo el edificio se tambaleo como si un terremoto lo hubiese sacudido. ¿Cómo rayos sucedió eso? Ella no lo sabía y al observar el cristal donde la sonrisa de Strauss se reflejaba, supo que aún había muchas cosas sin resolver.

Cazadores de Sombras: Ciudad de Luces (2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora