Capítulo 42

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Hola, muchas gracias por los votos y comentarios, también a los nuevos seguidores y a todas esas personas que me agregaron a su lista de lectura. Espero que les guste el fic, tengo otras ideas, pero no se si funcionen, sinceramente me costaría bastante hacer otra tercera parte... en fin, haber que decido al final. 

Ojala les guste este capítulo, ya se acerca el final. 

Voten y comenten :) 


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Nina corrió lo más rápido que pudo, justo en el momento en el que Sebastian lanzó la daga, el idiota de Ned se había atravesado en la trayectoria de esta, mientras que Strauss se dio el tiempo de dar unos pasos hacia atrás para contemplar el cuerpo del chico en el suelo.

—Eres un estúpido. — le dijo cuando llego a su lado. Se arrancó un trozo de tela de la blusa para aplicar presión sobre su herida. — Siempre tienes que ser el bueno, te odio.

—Yo no. — le respondió escupiendo sangre, no sobreviviría y Ned lo sabía. — No soy bueno. — tosió más sangre. — así tenía que ocurrir.

Se les escapo una lagrima cuando Ned comenzaba a cerrar los parpados.

—No te vayas, todavía me debes muchas explicaciones. — sus manos estaban empapadas de la sangre de Ned, no iba a vivir para contarle... — Que no se te ocurra irte, no ahora...

—A veces tienes que elegir, esta vez no fui yo. — dijo esa frase completa, sus ojos iban perdiendo brillo. — Lamento... — más sangre salió de su boca. — ten...

Con las pocas fuerzas que le quedaban, saco del bolsillo de su pantalón un collar, un simple collar.

—Nunca lo dejes... — y con esas palabras termino por irse.

Y cumpliría esa promesa o al menos eso esperaba.

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La pelea en la parte de abajo, era igual o peor que lo que acababa de presenciar Nina. La sangre salpico pisos y paredes como si fuera una nueva decoración. Isabelle blandía su látigo lo más rápido que podía, pero no era suficiente, ya había varias bajas entre los Cazadores, nadie los preparo para una batalla como esta.

Los ojos de Alec escanearon el lugar en busca de Jace, aun podía sentir su vínculo intacto, sin embargo, eso no impedía su preocupación por su parabatai. Tomo una flecha de su funda por instinto, cuando vio a una persona conocida caminar entre la lucha como si fuera el amo del mundo.

—No es a mí a quien tienes que disparar, Alexander. — le dijo al pasar junto a él, sin detenerse. — Acabo de ver a tu amigo justo del otro lado, no era una pelea justa.

— ¿Por qué me estas ayudando? — le pregunto con cautela.

—No te estoy ayudando, solo es un pequeño favor que me cobrare más tarde.

Y con eso lo vio subir las escaleras.

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Nina podía sentir... todo.

Los gritos, la desesperación, el miedo y el coraje, todo eso lo percibía como nunca antes; recorrían su columna causándole escalofríos. Levanto su mirada del cuerpo de Ned y apretó en su mano el collar que le dio. Strauss estaba frente a ella, mirándola con una extraña fascinación.

—Siempre supe que serias tú. — Nina retrocedió cuando Strauss dio un paso hacia adelante.

—Usted está loco. — le dijo Nina casi inexpresiva.

— ¿Nunca te has preguntado quien los controla a ellos? — señalo la batalla que peleaban los nefilim, Strauss los veía como insectos a punto de ser aplastados. Sinceramente, no se hallaba lejos de la realidad. — Solo míralos, pensando que controlan todo a su alrededor, cuando realmente ellos son los controlados.

— ¿Qué quiere decir con eso? — pregunto Nina sin dejar de ver la escena que ocurría allá abajo.

— ¿En serio crees que sus habilidades fuera de lo común son para siempre? — le pregunto con una extraña mueca. — Tu Nina, puedes revertir eso.

— ¿Qué?

—Solo era cuestión de esperar... aun eras muy pequeña cuando descubrí de lo que eras capaz. — relato parándose a su lado. — El poder que guardas dentro de ti... haz llevado el poder angelical más puro de lo que cualquiera de ellos pudiese poseer. Eres un diamante en bruto, solo hace pulirte.

Algunas de sus dudas se resolvieron... por eso la buscaba con tanta urgencia, ella no le importaba, solo era su poder. Un poder del cual no tenía ni la menor idea de cómo utilizar, y eso la hacía temblar.

—Esta demente si cree que le ayudare. — dijo Nina sin desviar la mirada, en su lugar se dirigió donde yacía el cuerpo de su compañero, se armó de valor para desenterrar el cuchillo de su carne.

—Piénsalo un poco, niña. – continuo hablando Strauss. — No tienes las agallas para manejarlo, déjame ayudarte.

—Eso no sucederá... porque moriré, y nadie podrá usarlo. — intento enterrar el cuchillo en su cuerpo pero Strauss Fue más rápido, la detuvo antes de que hiciera cualquier cosa. — ¿Por qué los odia tanto?

—Porque ellos se llevaron lo que más quería... — termino de decir cuando le arrebato la daga y la lanzo lejos. — No estuve esperando años para que te niegues, si no lo haces por tu propia voluntad, se hará al modo difícil.

—Ese es mi forma favorita. — dijo Sebastian evaluando la situación. — Si crees que conseguirás que coopere, puedes esperar desde tu trono un largo tiempo.

—Retrocede o...

—No puedes matarla, y si lo hicieras no es nadie que no pueda superar.

—Tu padre estaría muy orgulloso de ti. — Nina pudo ver como entrecerró los ojos levemente. — Todo un visionario.

—Mi padre me odiaba. — sonrió Sebastian recomponiéndose rápidamente. — Ciertamente, no me interesa si lo conoce.

— ¿Entonces, que quieres con esta pequeña escurridiza? — tomo a la rubia del cuello, cualquier movimiento podría rompérselo.

—Hazlo. — dijo Nina sin darle tiempo de responder a Sebastian.

—Nada del otro mundo. – respondió este.

Y con una velocidad propia de él, corrió hacia ellos para terminar con todo.

Cazadores de Sombras: Ciudad de Luces (2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora