Capítulo 22

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Hola mis pequeños y grandes seguidores. Primero que nada tengo que agradecer a todos los lectores de este fic, a los silenciosos, a los que se animan a comentar y votar, en fin, el punto es MUCHAS GRACIAS, acabo de revisar las estadísticas y me quede muy sorprendida al ver los lugares desde donde me leen. Mas cuando vi de España y Reino Unido, amo Europa, creo que todos los países tienen su chispa, pero estos dos son los que tengo que visitar antes de morir. Quizá, el año que entra ande por Granada, España. Haber que.


Bueno, ahora que ya me he librado un poco de los exámenes de fin de semestre (son unos malditos), decidí publicar tres capítulos seguidos. Ojala les gusten y me dejen saber que piensan de ellos.


Recomienden y voten, besos.


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— ¡Ahhhh! — unos horribles gritos despertaron a Lilly en medio de su sueño de belleza.

Esos gritos solo pertenecían a una persona que hacía tiempo no gritaba de esa manera. Salió a trompicones de la cama, tropezando por culpa de sus largas piernas y la visión borrosa que no ayudaba en nada.

— ¡Dios, si me dolió! — exclamo bajito mientras sostenía su golpeada espinilla. Así fue dando saltitos hasta la habitación de su amiga. — ¡Nina, despierta! — esta vez sí grito. Su amiga no dejaba de moverse entre gritos y lagrimas, una fina capa de sudor cubría su frente. — ¡Nina! — grito nuevamente y la zarandeo, esta vez sí despertó.

— ¿Qué...? — pregunto su amiga totalmente desorientada.

—Fue otra de tus horribles pesadillas. — la consoló Lilly sentándose a su lado.

—Yo... desperté a todos en el edificio, ¿cierto? — pregunto medio en broma.

—La verdad no me importa. — admitió Lilly. — Por un momento creí que nuestro prisionero te atacaba, de nuevo.

—Lamento eso.

—Es la primera vez que duermo con mi semiautomática en mi mesita de noche, siempre hay una primera vez para todo.

—Te estoy metiendo en un montón de problemas. — afirmo sin dejar de sollozar.

—No, Nina. La verdad es que me salvaste de ellos. — Lilly nunca se tomaba las cosas demasiado en serio, su comportamiento la sorprendió. — todavía no es el momento de ponernos serias, mejor vamos a la coc...

—Necesito... quiero, voy al estudio un rato. — se levanto mecánicamente de la cama y salió de su habitación.

Hoy sería una larga noche, y no solo para Lilly. No molestaría a su amiga, volver a dormir tampoco era una opción ya, los gritos de Nina se le quedaron grabados en la cabeza, reproduciéndose una y otra vez, si algo hacia gritar a Nina, aunque fuera en sueños es un buen motivo para temer lo peor.

Suspiró. Regresaría a su habitación para ver la repetición del Fashion Show, otra vez.

—Creí que nunca se callaría. — la tranquilidad en la voz de su inquilino la sacaba de quicio, le gustaría asestarle un buen golpe luego recuerda como estrangulo a su amiga y las ganas desaparecen.

—Yo quisiera que fueras mudo y no todo se puede en la vida. — murmuro bajito pasándolo de largo, lo último que quería era que la oyera.

Llegó a la habitación y encendió su plasma, sería una noche larga.         



—-Buenos días. — la voz de Nina tenía ese sonido ronco y sus ojos se veían levemente irritados, alguien lloró bastante anoche. La idea del estudio insonorizado le gusto mas ahora. — Perdón por levantarte anoche.

—Olvídalo, fue la oportunidad perfecta para burlarme de Mady, otra vez.

 — ¿Volviste a ver el Fashion Show?

—Sip, nunca superare la caída de esa arpía.

—Nadie a nivel internacional. — afirmo su amiga sirviendo cereal. — ¿Cómo se está comportando el renegado? — esa pregunta sonó muy contenida.

—En estado catatónico. — comento Lilly torciendo el gesto acentuando mas sus ojeras. — Desde que desperté no se ha movido.

—Genial. — resoplo su amiga. — ¿Cómo se supone que desayunara?

—Definitivamente no le daremos de comer como a un bebe, ¿cierto? — quiso cerciorarse su amiga.

—Eso no será necesario señoritas. — la aparición de Poena hizo que Lilly se fuera de espaldas, con estilo obviamente. — Ya estoy aquí.

—Eso me alegra a tantos niveles. — dijo Lilly en voz alta tomando la mano que Nina le tendía para ponerse de pie.

—Lo sé, soy el mejor regalo.

—Solo haz lo que tengas que hacer y procura no matar del susto a otras personas, no todos somos inmortales. — le recordó casi de mala gana la rubia.

—Lo que sea. — hizo un gesto con la mano y salió de la cocina.

— ¿Cómo aguantas eso? — pregunto Lilly pensando en su adolorido trasero.

—Terminas acostumbrándote. — los hombros de Nina se encogieron. — Las opciones son limitadas.

Lilly suspiro, ya se esperaba esa respuesta.

La voz de Bruno Mars irrumpió el cómodo silencio que reinaba en la cocina, el celular de la rubia timbraba con insistencia.

—Mi hermano. — dijo al ver la pantalla. Contesto y Lilly podía jurar que el rostro de su amiga se ensombreció. — Así no te entiendo Ian, habla despacio.

Eso explica todo. Solo su hermano es capaz de ponerla de ese humor, con todo lo que paso no la culpa.

—De acuerdo, no te muevas de donde estas, voy para allá. — le ordeno y colgó.

—Me tengo que ir, mi hermano me necesita. — ni siquiera le dio tiempo a Lilly de decir algo, salió corriendo hacia su habitación.

Cazadores de Sombras: Ciudad de Luces (2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora