Capítulo 23

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—Así que piensas dejarme con este loco impostor. — la estupefacción y un poco de miedo en el rostro de Lilly al señalar a Sebastian casi hace que Nina se arrepienta, casi.

Sebastian enarcó una ceja pálida por el nuevo apodo. Lo han llamado de muchas maneras en los últimos años, ese era nuevo.

—No tardaremos mucho, además Poena estará contigo. — Nina junto sus manos al frente para que la suplica tuviera más efecto.

—Eso me hace sentir tan bien. — dijo con sarcasmo. En lo que a Lilly concernía esa bruja solo dice cosas que ni ella misma entiende, además le da miedo.

—Por favor. — Lilly miro a su amiga, tenía esa mirada de cachorro... rodo los ojos, Sebastian le da mala espina y estar solo con el sinceramente le daba escalofríos, qué más da. Estaba atado con cuerdas y Runas que la pelirroja dibujo en el mientras estaba inconsciente. Además tenía a su semiautomática con ella, dispararía si intentara huir.

—Quiero unas vacaciones por el Caribe mexicano después de esto, todo pagado. Y una entrada VIP al Coco-Bongos. — acepto cruzando de brazos.

—Hecho. — sonrió Nina. — Nos vemos en un rato. No se maten, por favor. — esto lo dijo mirando al rubio que le sonreía irónico.

—Lo prometo. — esa respuesta no hizo sentir mejor a Lilly.

—Tus promesas valen una mierda. — Poena estaba sentada tranquilamente en el sofá con las piernas cruzadas de espaldas a ellos. — Así que... yo que tu, no me fiaría de él.

—Genial, déjame con tipo de tendencias psicópatas. No pasa nada. — dejo que el sarcasmo fluyera.

—No te hará nada, es imposible que se mueva.

—Eso dices querida. — Nina le dirigió una mirada fulminante a la bruja.

—Lo prometo, regresare lo más rápido que pueda.

Y con eso se fue.

—Yo también me iré. — Poena chasqueo los dedos y desapareció en una nube de humo gris.

—Jodidamente genial.

—Maldices como marinero. — observo el rubio sin expresión. Como si no le importara.

—Gracias. — se dejo caer al suelo a unos buenos dos metros de aquel peculiar nefilim. — es imposible ignorarte.

—Lo sé, mi presencia es como caída del cielo. — suspiro y se puso de pie. Necesitaba helado, urgente. — Eso me han dicho.

—Probablemente te comparen con Lucifer. — murmuro Lilly desde la cocina.

Cogió un bote de helado de chocolate y regreso a la sala, donde su invitado seguía observando todo con gesto inexpresivo.

—Ya sé que vamos hacer hoy. — la sonrisa de Lilly creció como la del gato de Alicia en el País de las Maravillas. — ¿Qué te parece una película y sesión de maquillaje?

— ¿Qué te parece si te rompo el cuello y terminamos con esta miseria? — pregunto Sebastian en el mismo tono.

—Que voluble, no sé que habrá visto Nina en ti. — rodo los ojos con exasperación. Lilly observo por primera vez un gesto en el rostro de Sebastian, no le dio importancia. Ya era hora de que alguien se lo dijera. — En fin, mejor veré la televisión.

Encendió la televisión y busco el canal donde Nina siempre veía sus series policiacas. No lo diría en voz alta pero tiene cierto enamoramiento con Reid de la serie Criminal Minds.

—Siempre terminan así. — dijo en voz alta cuando termino el capitulo.

—No siempre. — no había notado que Sebastian la miraba y sonrió cuando se dio cuenta que también vio el capitulo junto con ella.

Cazadores de Sombras: Ciudad de Luces (2° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora