CarlsAl siguiente día, ingrese por la puerta principal para preguntarle a Kristen si la nueva empleada había llegado. De forma inmediata, me encaminé a la oficina donde trabajaba con Sam.
Abrí la puerta despacio, y aquella mujer cuando volteo a verme se entumeció, las pupilas de sus ojos se expandieron. Era una chica muy bella de pies a cabeza, pero ni siquiera podía compararla con la chica que me gusta porque la belleza de Sam era incomparable.
—Buenos días, soy Ariana —estrecho su mano.
—Quería informarte que trabajarás en esta oficina con otra chica que está a punto de llegar.
—¿Tú eres el hijo de la dueña de la empresa? —pregunto.
—Sí, pero no me trates de "usted", soy un trabajador más —le sonreí.
Volteé hacia la puerta y Sam estaba observándonos. Saludé a Sam con un "buenos días" y ella me respondió con seriedad.
Sin decir más, me retiré dejándolos a solas. Mi nueva oficina estaba al frente, así que me quedé allí trabajando con Jessi. Sin embargo, dejaba de pensar en la seriedad de Sam cuando me vio con Ariana.
En ese instante, Alfonso entró y se acercó a mi escritorio para aconsejarme sobre cómo lidiar con el rechazo de Sam.
—Deberías aprovechar la situación para darle celos —sugirió Alfonso.
—¿Celos? ¿Cómo va a sentir celos alguien que no siente interés en mí? —respondí confundido.
—¿Estás enamorado de esa chica? —preguntó Jessi.
—¡No te metas, Jessi! Hazme caso, coquetea con la nueva y verás cómo se muere de celos —me animó Alfonso.
—No puedo coquetearle a una mujer y mucho menos tratar de llamar su atención ¿Por qué me sugieres eso?
—Eso es cierto, no puedes coquetear —convino Jessi.
—Las mujeres son extrañas, si les das demasiada atención se aburren. Pero si las ignoras y le das tu atención a otra persona, ellas buscarán la forma de hablarte y seguir buscando tu atención. Ahí es cuando tú la rechazarás, tienes que manipularla —explicó Alfonso.
—¡Eso no es cierto! —protestó Jessi.
—Carls siempre te ha hecho eso, solo que sin malas intenciones —dijo Alfonso.
—Ya cállense, no pienso manipular a nadie, si ella no quiere tener nada no haré nada al respecto —respondí dejando claro que no tenía intenciones de manipular a nadie.
—Que te cuesta intentarlo, quizás a ella le guste que la ignoren. ¡Quién sabe! Es algo que tienes que descubrir por ti mismo si realmente te interesa
—¿Tú que eres mujer, ¿qué sugieres? —le preguntó a Jessi, buscando su opinión o consejo.
—Sugiero que no solo intentes darle celos a ella, sino a más mujeres. Si quieres, estoy dispuesta a ayudarte —respondió Jessi.
—Acepto, pero nada de besos —afirme estableciendo límites claros para su participación en el plan—. Por cierto, Isell está en la oficina de alado. Habla con ella —le informe a Alfonso.
Alfonso
Desesperado, entré a su oficina con la esperanza de verla allí. Y allí estaba, sentada y mirándose en el espejo. Su belleza era tan impactante que me hacía olvidar todo el resentimiento que sentía hacia las mujeres.
—¡Buen día, Isell! —expresé con una sonrisa.
—¿Qué quieres? —pregunto fríamente.
—He venido a visitarte, deja de ser tan arisca —le dije.
—Después de lo que pasó en la fiesta, es mejor que te alejes de mi —replicó.
—Pero yo no te hice nada —respondí, intentando controlar mi furia al desviar mi mirada.
—A mi no, pero a mi mejor amigo si ¿Sabes que no ha venido a trabajar desde ayer por tu culpa?
—Pídeme lo que quieras y te lo daré —antepuse mientras me acercaba lentamente.
—¡Deja de perseguirme! —se levanto de la silla—.
—No me gusta rogarle a una mujer, pero si eres tú, no me importaría perder mi dignidad —respondí coqueteándole.
—Está bien, llévame a comer al restaurante más caro de la ciudad —me propuso.
—Adelante —respondí.
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Almas Destinadas
RomanceSam, una joven con un pasado tormentoso en el amor, decide escribir un libro para escapar de sus problemas y sumergirse en una realidad ficticia. Sin embargo, pronto descubre que sus historias tienen un efecto inesperado en su vida real ¿Podrá Sam e...