CAPITULO 34

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Sam

Volteé a mirarla con impresión, no podía creerlo hasta que mi rostro se contorsionó de la furia.

—Gracias por avisarme —me dirigí hacia ellos para enfrentarlos.

—Sam, ¿qué vas a hacer? —replicó Isell persiguiéndome.

—Ahora entiendo, hiciste todo esto para estar cerca de ella —espeté con seriedad.

—¿Qué estás diciendo, Samanta?

—¿Por qué me hicieron esto? —les grité, se miraron y no me respondieron—. Saben lo peor de toda esta mierda, que puse mis manos en el fuego por los dos.

—Samanta, porque te duele si tú nunca lo quisiste —respondió Ariana.

—No, no tú no sabes nada, y yo a ti sí te quería —dije en voz alta—. Y a este imbécil no le bastó con irse del país para estar con otra, mírame —le dije a Carls—, ¿qué no puedes sacarme de tu mente que necesitas a otra para olvidarme?

—Ya vete, deja de ofenderlo, tú ni siquiera trabajas aquí.

—Cállate, que no estoy hablando contigo. Oye Carls, gracias por hacerme entender otra vez que no debo confiar en nadie.

—¡Seguridad, por favor sáquenla de aquí! —alegó Ariana.

Ellos se acercaron e intentaron sacarme por la fuerza.

—No, no es necesario, suéltenla —dijo Isell.

—¿Por qué le hacen caso a esta tipa? Reacciona, Carls —agregó Alfonso.

Intenté soltarme, pero ellos comenzaron a arrastrarme como si fuera una delincuente.

—¡Malditos! Esto no se va quedar así, te juro que te va doler más lo que yo te voy a hacer —les grité mientras me sacaban los guardias.

Me fui caminando a casa para liberar el enojo. Mientras el móvil timbraba desde mi bolsillo a cada rato, revisé los mensajes: era mi profesora comentando en el grupo que mañana teníamos que participar en los intercolegiales que se iban a realizar en la Institución Privada Terranova, el colegio en el que estudiaba Carls.











Carls

Pensé que jamás se iba acercar, no le respondí ninguna de sus preguntas porque estaba dolido al igual que ella. Si supiera que nunca quise tener una relación con Ariana. Ella hizo que me comprometiera presentándome a sus padres, todo esto fue una sorpresa para mí, y no me podía comportar como un patán.

—Suéltala, déjala ir —replique.

—¿Por que, si te estaba ofendiendo? —me dijo Ariana.

—¡Bájame ya!—Apenas los guardias la soltaron, se acerco y me dio una bofetada—. Me las vas a pagar y no me responsabilizo por el daño que te voy hacer.

Isell y Alfonso se acercaron.

—¿Por qué te dijo eso? ¿Estas con Ariana? —pregunto Alfonso, pero no sabia que decirle.

—Te cuento después. —La tome del brazo a Isell para hablar a solas.

—¿Qué quieres?

—Estoy seguro que le contaste todo.

—Ella tenía que saber la verdad, no me merecía que la hagas esto.

—Ni siquiera sabes lo que pasó entre nosotros.

—Sea lo que haya pasado, no debiste tener una relación con su mejor amiga.

—No voy discutir este tema contigo. Mañana hay una presentación en el Colegio y quiero que me acompañes.

—De acuerdo iré con Axel.

—¿Y Alfonso?

—Si le dices no te acompaño.

—¿De qué están hablando? —se acerco Ariana.

—Me voy porque no soporto a las personas hipócritas —comento Isell.

—Ah, solo que mañana no vendré a trabajar.

—Entonces mañana hare tus trabajos para que no te atrases.

—Gracias.


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