CAPITULO 6

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Carls

Ahí estaba ella, luciendo su perfecta figura con aquel ropaje ligero. Rebaje la mirada muy rápido, no quería proyectar que estaba admirando su belleza. Más allá de eso, me gustaba cuando sonreía, porque sus ojos se achinaban y le resaltaban en sus mejillas sus pequeños hoyuelos. Tenía una sonrisa fascinante ¿Qué debía hacer para disimular que estaba perdido?

En voz baja, ella me llamó de nuevo y le respondí con una sonrisa. Al levantar su mano para saludarme, mantuve el contacto visual, tratando de parecer serio y reflexivo.

—¿Qué tengo? ¿Acaso estoy demasiado pálida por el maquillaje? —preguntó, dudosa, aunque su rostro lucía perfecto.

—Buenas noches, estaba esperándote —respondí con una sonrisa ligera.

—Entonces, entremos —ella se dirigió hacia la puerta, pero yo me quedé en el mismo lugar, sin dar ni un solo paso. Mis manos temblaban de nervios.

—¿Qué sucede? —preguntó, preocupada.

—Me pone un poco nervioso cruzar esa puerta.

Ella estrechó mi mano y con ese gesto sentí la paz que nadie más me había podido darme. La observé durante unos segundos, luego besé su mano y la sostuve. El miedo desapareció y en ese momento me di cuenta de que ella era lo que necesitaba.

—¿Estás bien? —preguntó.

—Entremos...

Nos dirigimos hacia las mesas donde estaban mis amigos, Alfonso, Isell, Axel y Jessi.

—Un gusto conocerte, espero que esta noche sea agradable para ti —dijo Alfonso.

—No es necesario que la presentes ¿Por qué la invitaste si una reciente empleada? —preguntó Jessi con arrogancia.

—La persona a la que no invité fuiste tú, Jessi —contesté con seriedad.

—¿Cómo puedes actuar así? Prefieres su compañía después de tantos años de conocernos.

—Tú empezaste con esos comentarios absurdos. Si no estás de acuerdo, puedes irte.

—Basta ya, por Dios ¿Vinimos a disfrutar o a discutir por tonterías? —intervino Alfonso.

—Mejor dile a Romelia que traiga las bebidas —sugirió Axel.

—Carls, quiero que me acompañes. Necesito hablar contigo en privado —me dijo Isell.

—Está bien, vamos. Regresaremos enseguida no tardare mucho —agregué.

Salimos del grupo y nos apartamos para tener esa conversación en privado. Mientras caminábamos, la tensión se podía sentir en el aire. Sabía que lo que Isell quería hablar era importante, y me preparé para escucharla.

Sam

Estaba un poco nerviosa cuando él se fue, me dejó sola con sus amigos desconocidos, aunque intenté mantener la calma sentía una ligera tensión y mi mente se llenaba de preguntas. Sin embargo, decidí darle una oportunidad a la situación y esperé con cierta expectación a conocer a sus amigos.

—Así que tú eres la nueva trabajadora —me pregunto Alfonso mientras me servía una copa de vino.

—Sí, no hace mucho entre a trabajar.

—Hasta que venga Carls tomaremos entre nosotros ¿Te parece o quieres esperarlo?

—Claro que si —respondí emocionada y tomé la copa de licor.

—¿Te gusta beber?

—Demasiado diría yo —exclame cuando realmente soy mala copa.

—Que agradable, eres de las mías.

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