54

27 0 0
                                    

Carls 

Ella cerro sus ojos, se desmayo y yo no sabia que hacer.

— Samanta, despierta —comenzaron a gritarle, pero estaba tan nervioso que no sabia ni quienes eran.

La levante en mis brazos, y no me importaron los demás, solo quería salvarla. Ellos corrieron atrás de nosotros para pedir ayuda. Murmullos escuchaba, hasta que poco a poco dejaba de escuchar. Lograron rescatarnos, pero mi mente estaba en otro mundo desde ese día no volví a ser el mismo, cuando llegamos al hospital mas cercano estaba desesperado, asustado. Estaba a punto de graduarme como doctor y tenia miedo de que Sam sea la primera persona que muera en mis brazos, no lo quería aceptar, no podía pasar eso. Algo dentro de mi cambio, sus lagrimas, su dolor me conmovieron y me hicieron creer de nuevo.

—¿Qué le hiciste a mi hija?— su madre me gritó y me intentó golpear, pero la detuvieron los enfermeros.

—Lo siento, yo no quise...

—¿Por qué la perseguiste? ¿Por qué? —inquirió con voz temblorosa.

—Señora, él no la persiguió, yo soy la novia —intervino Jenny, tratando de calmar la situación.

—Usted no sabe lo que pasó —respondió Gilbert con desdén.

—¿Qué pasó, Carl? —preguntó  Anabel con desesperación.

Tragué saliva antes de responder.

—Ella me salvó, se interpuso —expliqué, mirando a Anabel a los ojos.

En ese momento, el padre de Sam se acercó, buscando comprensión.

—Andrea, qué fue lo que pasó? —preguntó con voz tranquila pero preocupada.

—Nos robaron. Iban a matarnos a todos y ella quiso salvar a Carl... no fue su culpa —explicó con seriedad.

Mientras todos absorbían la gravedad de la situación, un médico se acercó con gesto sombrío.

—Lo siento mucho, pero los daños son demasiado graves. 

—Doctor por favor déjeme ver a Sam se lo ruego.

—Está en estado crítico y... no creo que sobreviva —anunció con pesar.

Su madre al escuchar la respuesta del doctor se desmayo. Entonces, en ese momento yo aproveche la situación para correr hacia la habitación de Sam e intentar salvarla.

—Samanta, Samanta —grité con angustia.

Empujé la puerta y entré a la habitación, apartando a todos a mi paso. Aferré su mano entre lágrimas mientras me arrodillaba.

—Por favor, Sam, no te vayas —susurré con desesperación.

—Tienen que salir de aquí, ahora —dijo el doctor.

—¡No!

—Se está muriendo, solo debe estar el personal autorizado.

—Sam, te amo —grité mientras me arrastraban fuera de la habitación, entre guardias y médicos.

Al salir de la habitación llorando, me encontré con Jenny, que me miraba con decepción por mi comportamiento y por haber confesado que aún la quería.

Quedé perplejo y me desmayé cuando todos afirmaron que estaba muerta.

—Carls, debemos hablar —dijo Jenny al despertarme.

—¿Qué quieres?

—Estoy embarazada y debes casarte conmigo ahora.

—Estás loca. ¿Cómo voy a casarme contigo después de lo que pasó?

Almas DestinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora