CAPITULO 41

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Carls

Me desperté tarde, y aun así presentí que mi madre me iba a regañar por la discusión de ayer. Camine despacio, sin hacer ruido hasta la cocina para tomar un vaso de agua.

—Carls, quiero hablar contigo —grito mi madre. Yo solté el vaso de agua que tenia en la mano, ella había estado en la sala esperándome.

—Si es sobre Sam, prefiero no hablar.

—En seis meses, te llevaré a estudiar a otra ciudad.

—¿Que?

—Estudiaras la carrera que tanto querías.

—¿Medicina? —pregunte contento.

—Si.

—Muchas gracias, mama.

—Con la condición de que te vayas a vivir allá.

Por un instante, pensé bien la situación y no sabía que decisión tomar porque había regresado con Sam.

—Prefiero estudiar aquí, en otra ciudad vas a gastar mucho dinero y te puedes quedar sin capital.

—No me importa, eres mi único hijo y estoy dispuesta a darte todo.

—Es que...

—No, me digas que todo esto por ella.

—No te voy a mentir, desde que te fuiste Sam es la única mujer que ha podido reemplazarte y es la única mujer que amo.

—No puedo creerlo, piensas dejar un buen futuro para ti, solo por una chica que quizás algún día te va a cambiar por alguien mas.

—Por favor mamá, no te permito que te expreses así de ella. Ni siquiera te das la oportunidad de conocerla.

—No quiero saber nada sobre la vida de esa niña, no me interesa.

—Como quieras pero nadie va impedir que siga con ella —me marche.

—Eso lo veremos —me dijo en voz alta.

***

Sam

Mientras revisaba los correos en la computadora, Andrea me preguntó sí ya había dado la prueba para ingresar a la universidad, tenía que esperar que se termine el año para recibir la solicitud de aceptación. Mi sueño era estudiar Literatura, pero mi madre me insistió que postule en el área de salud.

—¿Cómo que tienes que esperar hasta enero?, a mí ya me enviaron el correo, apuesto que revisaste mal.

—Estoy esperando que me acepten el cupo en medicina o enfermería.

—Es difícil entrar a esa carrera y no es por ser pesimista... sé que eres inteligente, pero tú no quieres estudiar eso, Sam.

Leí de nuevo los correos, y si había un cupo disponible para ser Profesora.

—Me aceptaron un cupo ¿Crees que debería aceptarlo? —le dije mientras le mostraba el correo electrónico.

—Esa no es la especialidad que tú quieres, no entiendo.

—Es difícil conseguir un cupo en la especialidad que quieres... y más cuando la universidad es fiscal.

—Yo te apoyo en lo que sea, Sam.

—Discúlpame, me siento egoísta por no preguntarte nada ¿Estas bien o no?

—No, no lo estoy... Jean me engaño y solo estoy tratando de no pensar.

—Olvídate de ese traidor, en la universidad conocerás a chicos más guapos.

—Es que también estoy como tú, al menos tu mama te apoya a mi no... yo tengo que salir a trabajar para pagarme los estudios.

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