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Sam

—No quiero que pierdas la memoria.

—Si hubiera sido real ya la hubiera perdido.

—¿No lo hiciste?

—Solo fue un sueño no cruce ningún umbral.

—Espero que haya sido un sueño, Sam.

—Estoy segura de ello —le respondí con una sonrisa ocultando la verdad porque no estaba segura de lo que había visto.

—Mira la fecha de las inscripciones —abrió la laptop.

—Es hasta inicios de Agosto.

—¿Cuando anuncian al ganador?

—En Octubre hacen una lista corta de los que pueden ser ganadores y en diciembre ya deciden quién es el ganador.

— ¿En que termina tu primer libro?

—Estoy haciendo una bilogía, solo voy a participar con el primer libro.

—¿Por que no respondiste a mi pregunta?

—Tienes que leerlo si quieres saber, léelo en la aplicación para obtener más lecturas.

—¿La protagonista eres tu?

—¿Por que?

—Es tu personalidad, te has descrito tal cual.

—Siempre te estaré esperando, yo se que algún día regresaras.

—¿Es una frase?

—Una frase que pienso poner al final del dialogo.

—¿Para Carls?

—¿Tu crees que seria conveniente escribir una biografía de la protagonista?—evadí su pregunta.

—Samantha Chalke,  signo zodiacal capricornio, nacida a inicios de Enero, personalidad...

—Fría, cruel, vengativa  ¿Sasha? —respondí emocionada.

—Esta en... tu casa —tartamudeo

—Me tengo que ir después haré todo, no no la he visto en mucho tiempo.

—Samanta —interrumpió con una voz gélida.

—¿Que sucede?—retrocedí la mirada porque estaba apunto de salir.

—Te he mentido, perdón.

—¿Con que me puedes mentir tu?

—Es que no sé si decirte porque recién paso todo esto y tú ya estás mal.

—¡Joder! No me defraudes Andrea porque te juro que...

—Polo, Zeus y Sasha los mataron.

Mi rostro se contorsiono por la furia y tristeza. Perdí la razón cuando escuché que le habían arrebatado la vida a uno de los seres que más amaba. Escuchaba llamados de Andrea, pero nada me iba a detener hasta saber lo que había pasado. Llegué a casa y comencé a llamar a Sasha con desesperación porque mi mente aún no podía asimilar su muerte.

—¿Dónde estás, Sasha, mamá?

—La gata, la gata no está aquí —respondió nerviosa.

—Dime que es mentira, lo que me acaban de decir a Andrea.

—Todos murieron —agachó su cabeza.

—Zeus, Polo... ¡Sasha!

—Fue un accidente.

—¡No, no mientas, basta de mentirme!

—No estoy mintiendo.

—¿Quién los mató? —le pregunté.

—El vecino de la casa de al frente puso veneno porque...

Agarré el cuchillo que estaba en la mesa salí a enfrentarlos con el corazón hecho pedazos de frustración.

—Samantha, detente —me gritó mi padre  mientras me perseguía.

—Hijo de puta —grite con toda la potencia de mi voz mientras sentía que mi cuerpo se desgarraba por dentro—, sale y dame la cara.

—No cometas una locura —alego mi padre.

—Suelta ese chuchilla ahora—impuso mi madre.

—¿No van salir? —les grite en la puerta—. ¿Quieren saber que se siente? ¿Quieren saber que se siente? —Rasguñe el auto que estaba parqueado afuera de su casa.

—Detente Samanta. —Mi papa me agarro de los brazos pero lo empuje y comencé a tirarle piedras a su carro.

—¿Qué te pasa ?—me pego un golpe la escoria que había matado a Sasha.

—¡Hijo de puta! —grité con toda la potencia de mi voz mientras sentía que mi cuerpo se desgarraba por dentro—, ¡sal y dame la cara!
—No cometas una locura —alegó Anabel.

—Suelta ese cuchillo ahora —imploró mi madre.

—¿No van a salir? —les grité desde la puerta—. ¿Quieren saber qué se siente? ¿Quieren saber qué se siente? —Rayé el auto que estaba estacionado afuera de su casa, con la navaja que tenia en mano.

—Detente, Samantha —mi madre me agarró de los brazos, pero lo empujé y comencé a arrojar piedras en el parabrisas.

—¿Qué te pasa? —me golpeó el individuo que había matado a Sasha.

—Eres una lacra, basura.—Mi hermana, junto con otros vecinos, nos detuvieron—.

—¡Perra, cómo vas a destruir mi auto! —enfatizó con enojo.

Él iba a golpearme, pero mi padre se interpuso.

—Intenta golpearme y te mato, cabrón, así como lo hiciste con mis gatos.

—Esto no se va a quedar así, te voy a denunciar por enferma —espeto.

Llegó la policía.

—Escoria, pedazo de mierda.

—Deberías seguir internada, loca, enferma.

—¡Hijo de...! —me debatí en los brazos del señor que me estaba sosteniendo.

—¿Podemos solucionar este problema? —propuso mi madre.

—Ey, policía, tiene que encarcelar a esta mujer, porque rompió mi auto nuevo.

—¿Es eso cierto, señorita? —me preguntó el policía.

—Ese cabrón mató a mi Sasha.

—¿Quién es Sasha?

—Mi gata, mis gatos, todos los envenenó, y si yo me voy presa, él también por asesino.

—Aunque tengas pruebas, eso no es razón para la detenerlo.

—¿Acaso no hay una ley que castigue a estas personas? No es que tu no eres un ser humano, tu eres monstruo.

—Todo lo que diga será acusado en su contra, así que controle su vocabulario.

—Por favor, no, es solo una niña —suplicó mi madre.

—Tengo que llevarla detenida, señora.

—Hagan lo que se les dé la gana —anuncié mientras me ponían las esposas—, pero me asegurare de que nunca te olvides de mí porque te la voy a devolver, y vas a llorar lágrimas de sangre.

—Tu te vas a quedar en la calle por todo el daño que hiciste —me interrumpió.

—Me voy a convertir en tu pesadilla, y tus hijos tus hijos.

—Maldita no te metas con mis hijos porque te mato.

—Vamos a ver quien muere primero, así me tenga que podrir en la cárcel.

—¡No se la lleven, por favor!—suplico mi madre de rodillas.

—Nunca me arrepentiré de las cosas que dije, lo siento, Sasha, no pude salvarte —dije en voz baja.

Almas DestinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora