Prólogo

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Hasta el día de hoy nunca me había percatado de que la sangre tiene un aroma tan particular cuando el clima es frío, o puede ser que debido a que ya no hay ni un solo ruido a mi alrededor se me ha maximizado el sentido del olfato; tampoco me había percatado de que el día a veces grita la palabra tragedia mediante miles de señales intermitentes. Este era uno de esos días donde incluso la humedad del aire dictaba y sentenciaba el final del día, pero, aunque yo si vi desde lejos todas las señales decidí ignorarlas por satisfacción propia.

Una sustancia roja y tendenciosa a lo oscuro está brillando en mis congeladas manos luciendo como pintura de alta y resbalosa calidad. Va desde la punta de cada uno de mis dedos hasta las muñecas y desde las muñecas como delicadas gotas de lluvia deslizándose por una ventana, pero en dirección a mis codos. No me provoca ninguna sensación de miedo o asco, eso sí, mis manos están tiritando y es tan molesto. Tal vez no debí hacer tanta fuerza, además se le suma que la policía tarde o temprano dará con este lugar; suena fantástica la idea de que nadie escuchó lo que estaba pasando aquí ¿no? pero eso solo pasa en las películas, la vida real no es así.

La vida no tiene pausas para repasar el guion y pensar bien las acciones del momento. De igual forma no conozco a mucha gente que no se meta en lo que no le importa, por lo que es más probable aun que de aquí a la noche esté rodeada de policías.

Yo sé que debería estar usando este tiempo para escapar de la ciudad o el país, pero no tiene ningún sentido huir si de todas formas no tengo nada que me motive a hacerlo, por lo que aprovecharé este tiempo para contar mi versión de los hechos.

Realmente no tengo nada más que hacer y no es como si mis heridas me permitieran hacer otra cosa tampoco, es más, retiro mis palabras, de aquí a que llegue la policía yo estaré tan desangrada como el cadáver frío y pálido detrás de mí, así que con mayor razón debo contar los acontecimientos que marcaron estos últimos meses hasta este día, no quiero pasar a la historia como una asesina ordinaria, y mucho menos justificar mis actos. El que a otro mata se mata así mismo porque cuando arrebata otra alma, también tira al fondo del vacío la suya, pero a mí ya no me quedaba alma ni espíritu, e incluso si me hubiese quedado, hubiese renunciado a él, porque ¿saben?, realmente disfruté esto, pero insisto, no me siento orgullosa de lo que hice, ¿o sí? Bueno, yo no lo sé, lo decidiré en algún momento.

Estoy segura de que en cada rincón del mundo hay muchas personas pensando a toda hora en si tienen una razón certera para vivir, tal vez un alma gemela que les provoque un par de mariposas en el estómago, o un destino ya escrito por un Dios, o tal vez un golpe de suerte que le dé un giro de 180° a sus situaciones, o cualquier cosa que les saque de la normalidad de sus aburridas vidas. Pero están también aquellos que ya han encontrado una respuesta a esta pregunta, y entre ese peculiar grupo, estoy yo.

Mi vida fue compleja desde siempre, pero no lo pude ver porque estaba demasiado embelesada con lo que sentía y con lo que no podía sentir durante mi ceguera mental, cuando aún llevaba una vida parcialmente normal según mi propio criterio.

Una vez tuve un sueño, era hermoso y realmente deseaba no despertar, irónico ¿no? Me preocupa que las personas no sean capaces de notar que aquellos sueños brillantes donde habita la felicidad plena son mucho más traumáticos que los oscuros y llenos de malos augurios, ¿no es totalmente doloroso despertar de un bello sueño y darse cuenta de que la realidad no está a la altura?, para mí si lo fue. Me reventaba la vida, la mente y las pelotas darme cuenta de que mi vida no me hacía feliz.

Bueno, volviendo al tema, se preguntarán cómo le di una respuesta a esa pregunta, y para eso debo volver en el tiempo para que puedan entender todo lo que les estoy diciendo. Lamento dar tantas vueltas, pero voy a morir y no puedo dejar que ningún detalle se escape de mis manos, es decir, de mis letras... esto fue lo que pasó.

DesapropiadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora