Aquel día, los jaspeados pájaros danzaban sin ninguna restricción por el cielo celeste de la céntrica ciudad de Derfel. La tarde estaba envuelta en un potente aroma a humedad sin haber llovido en meses, y el viento aleatoriamente traía a mí la esencia del perfume de diferentes personas que ingresaban al embotellado estacionamiento de la Universidad Métrica. La conmoción era grande debido a que estudiantes de diferentes puntos de nuestra región y unos que otros provenientes de lugares considerablemente lejos de la ciudad se estaban reuniendo en el anfiteatro universitario para asistir a la ceremonia de titulación de los estudiantes a punto de egresar. Me parecía que el exceso de gente era bastante fastidioso, algunas personas habían decidido llevar incluso a sus tíos lejanos al lugar, pero qué podía hacer yo ante ello, no tenía más opciones que padecer, o tal vez sí podía haber hecho una que otra cosa, pero cuando una está amarrada a dos manos por personas que controlan tu vida diciendo que lo hacen por tu bien sin siquiera conocer lo que te hace sentir bien, no tienes muchas oportunidades para decidir.
Lo que para algunos era una gran efeméride en sus vidas, la que probablemente cambiaría su destino o simplemente significaría un título del cual alardear, para mí era un fastidio que debía soportar por capricho de mis padres. Mi madre estaba tan emocionada por presumir que su hija menor finalmente estaba por terminar su etapa universitaria, que insistió una infinidad de veces en que asistiera a la ceremonia, así terminó anulando mis simples planes de ir a retirar el certificado de título un día más tarde a la oficina de mi facultad. Ya que cedí, fue ella quien se preocupó de gestionar hasta el más mínimo detalle, incluyendo la vestimenta, calzado, y maquillaje. No interferí en ninguno de sus deseos, supuse que estaba esculpiendo una obra de arte desde su perspectiva, así que me dejé caer en sus poco simuladas intenciones; mamá era bastante joven en comparación a sus amigas y además poseía una belleza innegable de la cual la única persona que pudo heredar algo fue mi hermano mayor (y único hermano), por eso a ella le gustaba sacar en cara que a sus cuarenta y cinco y aún hermosos años ya tendría dos hijos graduados, era una actitud predominante de siempre querer cuidar las apariencias.
Por otro lado estaba mi padre, que superaba a mamá por cinco años y su semblante no era para nada desagradable tampoco, con los años se le comenzaron a dejar ver algunas canas, pero no manifestaba ser algo negativo, al contrario, muchas mujeres o como le decía mi mamá "mojigatas" se acercaban a él con el objetivo de obtener algo de dinero pensando que con el paso del tiempo se volvería un hombre que se dejaría enredar fácilmente en los brazos de una joven señorita, pero la actitud de él era implacable, un hombre criado en una familia cristiana fiel a los suyos, aunque de cristiano era lo único que tenía, ya que solía citar groserías como si fuesen el padre nuestro cuando alguno de sus inversionista se le volvía en contra, pero era un buen padre, ni a mí ni a mi hermano jamás nos levantó la mano, puesto que él siempre alardeaba que deseaba consentirnos y darnos todo lo que necesitáramos, y realmente podía permitirse hacer eso, todo fruto del éxito que logró obtener a pulso mediante el trabajo y la constancia. Así fue como construyó su empresa, la que estaba catalogada como una de las más grandes de la ciudad debido a su contante crecimiento en tecnología y calidad.
Después de ingresar al estacionamiento de la universidad y buscar un lugar cómodo para estacionar el vehículo familiar nos dirigimos hacia el espacio en que se llevaría a cabo lo que nos convocaba, así que me despedí de mis padres y hermano, y fui a tomar mi lugar en la fila de estudiantes; pasaron unos minutos hasta que finalmente comenzó la solemnidad. Esperé apaciblemente que fuese mi turno de recibir el cartón, y así fue, después de unos quince compañeros fue mi tanda. Tenía muchos deseos de abandonar el escenario, reunirme con mi familia y regresar a casa, pero a mis compañeros se les ocurrió la no tan brillante idea de dejarme el trabajo de dar el discurso de la promoción, a lo que no me pude negar, y además estaba segura de que sería la guinda del pastel para mamá.

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Desapropiados
RomanceHalley es una joven de veintidós años perteneciente a una de las familias más acomodadas de Derfel. Creció con lujos y con una vida perfectamente planificada, pero todo se derrumba cuando descubre que no tiene ningún vínculo sanguíneo con su supuest...